El viernes por la noche, un trágico accidente aéreo se cobró la vida de 62 personas después de que un avión de pasajeros se estrellara en las afueras de São Paulo. La triste noticia sacudió a Brasil y al mundo entero, dejando atrás un saldo sombrío de 34 hombres y 28 mujeres cuyos cuerpos ahora han sido recuperados por las autoridades.
El avión, que despegó de Cascavel, en el estado brasileño de Paraná, hacia Guarulhos, en el estado de São Paulo, sufrió una vertiginosa caída de 17.000 pies en apenas un minuto, provocando un devastador impacto contra el suelo y la destrucción total de el dispositivo. Lamentablemente, las dos únicas víctimas identificadas hasta el momento son el piloto y el copiloto del avión.
Los servicios de emergencia acudieron rápidamente al lugar del accidente y en las redes sociales circularon impactantes imágenes del avión en llamas y su fuselaje destruido, que atestiguan la violencia de la tragedia. Los equipos de rescate trabajaron día y noche para recuperar los cuerpos de las víctimas, tarea dificultada por el estado de los restos.
Se ha pedido a los familiares de las víctimas que proporcionen toda la documentación médica que pueda ayudar en la identificación de los fallecidos, incluidos exámenes radiológicos, médicos y dentales. Entre las víctimas fueron identificados un padre y su hija de tres años, lo que añade un toque desgarrador a esta terrible pérdida.
Comienzan a surgir informaciones sobre los pasajeros, que revelan que la mayoría de ellos portaba documentos brasileños, a excepción de cuatro personas con doble nacionalidad, entre ellos tres venezolanos y un portugués. Entre los pasajeros se encuentra una mujer venezolana, su madre y su hijo de 4 años, además de su perro mascota.
Ante esta tragedia, el Estado de São Paulo declaró tres días de luto oficial en homenaje a las víctimas de este fatal vuelo. Están en marcha los preparativos para un velorio en Cascavel, la ciudad de partida del avión, que ofrecerá a los familiares la oportunidad de rendir un último homenaje a sus seres queridos.
Este desgarrador accidente es un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la seguridad aérea, una dolorosa lección que el mundo debe aprender una vez más. En estos tiempos oscuros, nuestros pensamientos y apoyo están con todas las familias y seres queridos de las víctimas, con la esperanza de que encuentren la fuerza y el consuelo necesarios para afrontar esta terrible experiencia.