La crisis económica en China y la liquidación del gigante inmobiliario Evergrande han sacudido los mercados financieros y están causando serias preocupaciones. El mercado de valores de China ha sufrido pérdidas colosales en los últimos años, cayendo 6 billones de dólares, mientras que las acciones de las empresas tecnológicas han perdido el 80% de su valor desde 2021.
La liquidación de Evergrande, declarada por los tribunales de Hong Kong, supone un importante punto de inflexión en la crisis del sector inmobiliario chino. El promotor no logró presentar un plan de rescate viable, poniendo así en peligro las inversiones de particulares e inversores extranjeros que han apostado por el mercado inmobiliario chino.
Esta situación tiene un impacto significativo en la economía china. Los pequeños propietarios, que representan una proporción significativa de los inversores en los mercados financieros chinos, han visto colapsar el valor de su cartera. Al mismo tiempo, las empresas tienen dificultades para recaudar fondos en los mercados, lo que limita su capacidad de contratación y puede provocar despidos.
Si bien los mercados financieros parecen haber anticipado la quiebra de Evergrande, la situación sigue siendo preocupante. China se enfrenta a un éxodo de inversores extranjeros y a una profunda crisis económica. Las autoridades chinas están tratando de estabilizar los mercados y mitigar los efectos de esta crisis, pero la tarea promete ser difícil.
Es importante seguir de cerca los acontecimientos en China, ya que pueden tener repercusiones en la economía global. China es la segunda economía del mundo y sus decisiones siempre acaban repercutiendo en otros países.
En conclusión, la crisis económica china y la liquidación de Evergrande son señales preocupantes para la economía china y global. Es fundamental seguir la evolución de la situación y analizar las posibles consecuencias de estos acontecimientos.