Las cuestiones cruciales de la destitución del gobernador del Banco Central de Libia

El anuncio de la destitución del gobernador del banco central de Libia, Sadiq al-Kabir, por parte del consejo presidencial de Trípoli, plantea interrogantes cruciales sobre el futuro económico de este país norteafricano asolado por conflictos desde la caída del dictador Muammar Gaddafi en 2011.

La decisión unilateral de nombrar a Mohamed Abdul Salam al-Shukri como jefe del Banco Central de Libia corre el riesgo de reavivar las tensiones entre facciones rivales que compiten por el control del territorio. De hecho, Sadiq al-Kabir, en el cargo desde 2011, ha seguido una trayectoria compleja, acumulando poder y críticas por su gestión de los ingresos petroleros del país.

Mientras persiste la inestabilidad política entre el gobierno de Trípoli reconocido por la ONU y las autoridades rivales con sede en el este del país, el Banco Central sigue siendo un actor central en la economía libia. Sus reservas de divisas y sus ingresos petroleros lo convierten en un pilar crucial para la estabilidad financiera del país.

Se plantea también la cuestión de la legitimidad de esta revocación, mientras el parlamento del este de Libia y el Consejo Supremo de Estado con sede en Trípoli critican esta decisión unilateral del consejo presidencial. Estas tensiones políticas e institucionales corren el riesgo de comprometer los esfuerzos de reconciliación nacional y aliviar las divisiones que han persistido desde la revolución de 2011.

En definitiva, el despido de Sadiq al-Kabir y el nombramiento de Mohamed Abdul Salam al-Shukri como jefe del Banco Central de Libia auguran tensiones e incertidumbres sobre el futuro económico del país. Es imperativo que las diferentes partes interesadas entablen un diálogo constructivo para garantizar la estabilidad financiera y la unidad nacional en un contexto de profunda división política.

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