La reciente adopción por parte de la Asamblea Nacional francesa de la reforma destinada a incluir el aborto en la Constitución ha provocado un animado debate dentro de la clase política. Mientras la izquierda y gran parte de la mayoría presidencial apoyaron esta medida, la derecha y la extrema derecha expresaron reservas sobre la formulación elegida.
En efecto, si el gobierno optó por la expresión «libertad garantizada» para encontrar un compromiso entre las diferentes visiones sobre el aborto, algunos senadores de derecha expresaron sus temores sobre la posible creación de un «derecho aplicable contra el aborto». Este término genera preocupación sobre la posible responsabilidad del Estado ante los tribunales si a una mujer se le niega un aborto.
Sin embargo, los partidarios de la reforma enfatizan la importancia de garantizar esta libertad a las mujeres, especialmente en un contexto donde este derecho es cuestionado en otros países. Para ellos, la inclusión del aborto en la Constitución consolidaría este derecho y aseguraría su sostenibilidad.
El próximo paso es el examen del proyecto de ley por parte del Senado el 28 de febrero. Frente a una mayoría de derechas en la Cámara alta, el gobierno tendrá que mostrar determinación y encontrar puntos en común para obtener el voto positivo necesario para modificar la Constitución.
Cualquiera que sea el resultado final de esta reforma, es innegable que el debate sobre el aborto y su lugar en la sociedad sigue generando debates apasionados en Francia. Los próximos meses serán decisivos para determinar si el aborto será consagrado en la Constitución, fortaleciendo así la protección de los derechos de las mujeres en materia de salud reproductiva.