Kiev, Ucrania – En pleno verano de 2024, Ucrania fue escenario de un ataque masivo con misiles y drones orquestado por Rusia. Esta ofensiva, descrita como la mayor desde el inicio del conflicto, tuvo como objetivo la infraestructura energética en todo el país, lo que provocó pérdidas humanas y cortes de energía en varias ciudades. Según el comandante de la Fuerza Aérea de Ucrania, Mykola Oleshchuk, se trata del ataque aéreo más masivo llevado a cabo por Rusia en más de dos años y medio de conflicto.
Las autoridades ucranianas informaron que más de 100 misiles de distintos tipos y cerca de 100 drones Shahed fueron utilizados en la ofensiva, que afectó al menos a 15 regiones del país, desde la frontera oriental de Kharkiv y Dnipro hasta la ciudad portuaria del sur, Odesa. pasando por la capital, Kiev. A pesar de la magnitud del ataque, Ucrania logró derribar una cantidad sustancial de misiles y drones enemigos.
El presidente ucraniano, Volodmyr Zelensky, prometió tomar represalias contra Rusia por el ataque e instó a sus aliados a levantar las restricciones al uso de armas occidentales para ataques de largo alcance dentro del territorio ruso. Destacó la importancia de llevar a cabo ataques de largo alcance para debilitar a las fuerzas rusas desde las que se lanzan los ataques contra Ucrania, calificando esta táctica de esencial en la lucha contra el terrorismo.
El martes siguiente, Rusia lanzó una nueva serie de ataques, matando a varias personas e hiriendo a muchas otras. Estos ataques tuvieron como objetivo, en particular, un hotel en Kryvyi Rih, así como la región de Zaporizhzhia. Las cifras proporcionadas muestran más de 90 armas aéreas utilizadas, incluidos 81 drones Shahed, misiles de crucero y balísticos.
Es de destacar que Ucrania había anticipado un gran ataque de Rusia durante varias semanas, en respuesta a una sorprendente incursión en la región fronteriza de Kursk, que marcó la primera invasión extranjera de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. Las tensiones habían aumentado y la embajada de Estados Unidos en Kiev había advertido sobre un mayor riesgo de ataques con aviones no tripulados y misiles rusos antes del Día de la Independencia de Ucrania.
Las autoridades ucranianas, preocupadas por una importante concentración de fuerzas y equipos bielorrusos en la frontera común, instaron a Bielorrusia a retirar estas tropas y advirtieron contra la presencia de mercenarios de la compañía Wagner, pidiendo a Minsk que no cediera a las presiones de Moscú.
A lo largo del conflicto, Rusia ha atacado periódicamente la infraestructura energética de Ucrania para hundir a sus ciudadanos en la oscuridad y utilizar las temperaturas invernales como arma de guerra. Tras el ataque, el ministro de energía de Ucrania dijo que el sector energético era un objetivo principal y que se estaba evaluando la magnitud del daño..
Las consecuencias de estos ataques son graves para Ucrania, que se ha visto obligada a implementar cortes eléctricos de emergencia para estabilizar la red. Los cortes afectan a varias ciudades, incluidas Kiev y Dnipro, y se insta a la población a extremar las precauciones.
En respuesta a estos trágicos acontecimientos, Ucrania ha vuelto a buscar el apoyo de sus aliados occidentales. A pesar de las restricciones sobre el uso de la ayuda militar recibida, Ucrania depende de sus defensas aéreas para contrarrestar los ataques de Rusia.
La situación sigue siendo preocupante y las consecuencias humanitarias y políticas de estos ataques son graves. Ucrania enfrenta un período oscuro de su historia, marcado por la violencia y la destrucción. Esta nueva escalada de tensiones plantea interrogantes sobre el futuro de la región y exige una respuesta firme de la comunidad internacional ante la agresión rusa.