La evacuación de establecimientos educativos ocupados en Oicha: un punto de inflexión hacia la reconstrucción educativa

La evacuación de las escuelas ocupadas por más de 100 desplazados en Oicha, capital del territorio de Beni (Kivu del Norte), marca un importante punto de inflexión tras un período de cinco años de convivencia en condiciones precarias. Las seis escuelas, EP Mwangaza, EP Adonga, EP Shamboko, el complejo escolar Mukakira, así como los institutos Mabalako y Balolu, han recuperado finalmente su vocación educativa gracias a la iniciativa de la ONG AIDES y al apoyo financiero de ACNUR.

Este gesto, que a primera vista parece trivial, es de capital importancia para el acceso a la educación de los niños de la región. De hecho, la presencia de personas desplazadas en las aulas comprometió gravemente las condiciones de vida y aprendizaje de los estudiantes. Los daños materiales causados ​​por esta ocupación, como la transformación de pupitres de madera en leña, la destrucción de pizarras y sanitarios en mal estado, demuestran las dificultades logísticas que deben afrontar las escuelas.

El gesto de los desplazados al liberar estas escuelas es digno de acogida. Demuestra una conciencia colectiva de la importancia de la educación para las generaciones futuras. La reintegración de los estudiantes en estos establecimientos ayudará a restablecer un entorno propicio para el aprendizaje y el desarrollo de los jóvenes. Sin embargo, es fundamental tomar acciones concretas para reparar los daños causados ​​y garantizar el buen funcionamiento de las escuelas liberadas.

Enoch Musubao, jefe de la subdivisión EPST Oicha, subrayó la importancia de este cambio: “Ya no hay personas desplazadas en nuestras escuelas. Todos han regresado a sus nuevos refugios. Agradecemos a las autoridades políticas-administrativas por su apoyo. y compromiso en los esfuerzos de incidencia con nuestros socios». Esta liberación marca un punto de inflexión positivo en la vida de las escuelas de la región, allanando el camino para la reconstrucción y la renovación educativa.

En conclusión, la evacuación de las escuelas por parte de los desplazados por la guerra en Oicha es un símbolo de esperanza y cambio. Al liberar estas escuelas, participaron en la reconstrucción de la educación en la región, ofreciendo a los jóvenes la oportunidad de aprender y crecer en un entorno saludable y propicio para su desarrollo. Este acto de liberación abre nuevas perspectivas y da testimonio de la resiliencia y determinación de las comunidades locales para superar las dificultades y construir un futuro mejor para todos.

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