El lunes 2 de septiembre de 2024 quedará grabado en los anales políticos de la República Democrática del Congo, porque es ese día que Modeste Bahati Lukwebo, autoridad moral y presidente nacional de la Alianza de las Fuerzas Democráticas del Congo y sus Aliados (AFDC-A), , optó por romper su silencio. Después de varios meses discretos, fue en el Centro Interdiocesano, en la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (Cenco), donde decidió hablar con la prensa nacional e internacional.
Había muchas expectativas sobre los temas sobre los que hablaría Modeste Bahati Lukwebo. La política nacional, la guerra que azota el este del país, las declaraciones urgentes de las federaciones AFDC-A exigiendo la convocatoria de un congreso extraordinario; tantos temas que deberían haber resonado en las palabras del líder político.
El evento también fue una oportunidad para abordar la cuestión de un posible diálogo en curso entre las fuerzas en el poder y la oposición, bajo los auspicios del Cenco. El punto de vista de Modeste Bahati sobre este tema suscitó serios interrogantes, al igual que la posición de la AFDC-A sobre el reparto de responsabilidades en el seno de la Sagrada Unión de la Nación.
Este discurso tan esperado ofreció a la prensa la oportunidad de plantear preguntas cruciales, aclarar zonas grises y permitir que la opinión pública comprenda mejor las orientaciones políticas de la AFDC-A y de su carismático líder.
La intervención de Modeste Bahati Lukwebo fue crucial, porque podría influir en el curso de futuros acontecimientos políticos en la República Democrática del Congo. Su discurso debía ser claro, directo y tranquilizador, para aliviar las tensiones y aclarar malentendidos en este período de incertidumbre.
Así, se preparó el escenario para una declaración fuerte y sorprendente, que probablemente redefiniría las líneas políticas y trazaría nuevas perspectivas para la AFDC-A y toda la escena política congoleña. Modeste Bahati Lukwebo tenía en sus manos la oportunidad de causar impacto y sentar las bases de un futuro político más sereno y constructivo para el país.
En resumen, este discurso fue mucho más que una simple declaración pública; Fue un momento histórico, un posible punto de inflexión en el panorama político congoleño. La voz de Modeste Bahati Lukwebo resonó no sólo en la sala del Centro Interdiocesano, sino en todo el país, donde miles de oídos estuvieron atentos a sus palabras, esperando respuestas, aclaraciones y orientaciones claras para el futuro.