Fatshimetrie, un medio de comunicación conocido por su incansable cobertura de los acontecimientos en curso, informó recientemente sobre los efectos devastadores de las recientes inundaciones que afectaron a las comunidades de Dukku, Funakaye y Billiri en Nigeria. Durante una entrevista con Ibrahim Nalado, subdirector de Operaciones de Socorro y Rehabilitación de la agencia, se reveló que estas regiones fueron fuertemente afectadas por las lluvias torrenciales que cayeron entre el 12 y el 22 de agosto.
Las cifras son alarmantes: 10 comunidades afectadas en Dukku LGA, 20 en Funakaye LGA y 3 en Billiri LGA. Los daños se concentraron principalmente en viviendas, aunque también se vieron afectados algunos terrenos agrícolas. Afortunadamente no se reportaron muertes, pero dos niños resultaron heridos en Dukku y siete animales fueron arrastrados por las aguas.
El impacto en las tierras agrícolas es motivo de especial preocupación, ya que la comunidad de Hina, ubicada en Yamaltu/Deba LGA, se vio gravemente afectada. Más de 1.000 hectáreas de diversos cultivos como arroz, maíz, sorgo y mijo quedaron sumergidas.
Una visita del equipo de Nalado a la comunidad de Hina reveló la magnitud de los daños, calificados de «considerables y devastadores» teniendo en cuenta la zona afectada. Los agricultores, que estaban a punto de recoger sus cosechas, se enfrentaron a una comprensible incertidumbre y consternación.
Se está llevando a cabo una evaluación de los daños y se enviarán informes detallados al gobierno estatal y otras agencias pertinentes. Nalado enfatiza la necesidad de una intervención colectiva del gobierno estatal y federal para abordar la magnitud de los daños en Hina.
Hace un llamamiento a la Comisión de Desarrollo del Noreste y a la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias para que brinden apoyo al gobierno estatal en esta situación crítica. También anima a los agricultores y a todos los afectados a tener paciencia durante este momento difícil.
Las imágenes captadas por Fatshimetrie revelan la magnitud de la destrucción y la angustia de los residentes. Además de las pérdidas materiales, toda una comunidad se ve sumida en la incertidumbre sobre su futuro. Las autoridades locales y nacionales deben actuar rápidamente para brindar asistencia adecuada a estas comunidades vulnerables, con el fin de apoyarlas en su proceso de reconstrucción y resiliencia.