El grupo congoleño MPR (Música Popular de la Revolución) vuelve a estar en el primer plano de la escena musical tras afrontar la censura, la cancelación de conciertos y diversos problemas de seguridad. Su muy esperado concierto en París el 6 de octubre marca un regreso triunfal después de episodios tumultuosos. Conocido por sus letras políticamente comprometidas y su crítica intransigente de los problemas socioeconómicos que afectan a su país, MPR regresa en un momento en el que su mensaje resuena más que nunca.
Su éxito «Nini to Sali Té», prohibido por las autoridades, impulsó al grupo a la vanguardia, no sólo por su música, sino sobre todo por su audaz posicionamiento contra la corrupción, la pobreza y los conflictos que azotan el este del Congo. A pesar de los obstáculos encontrados, el grupo sigue decidido y comprometido a utilizar su plataforma para crear conciencia sobre la crítica situación que prevalece en su país.
“No estamos en contra de quienes cantan sobre el amor, pero en los tiempos que vivimos ya no podemos conformarnos con eso”, dijo MPR en una entrevista reciente. «Esta guerra ha estado ocurriendo oficialmente desde 1997. Vivimos nuestras vidas en Kinshasa, yendo a bares y discotecas, pero si no actuamos, un día la guerra llegará a la capital».
A pesar de la violencia actual en la región, MPR está comprometido a movilizar audiencias locales e internacionales para reconocer la importancia de la paz y la equidad social. Su concierto en París se inscribe en este enfoque, que combina celebración musical y protesta contra los crímenes cometidos en la parte oriental de la República Democrática del Congo (RDC).
Como preámbulo de su actuación parisina, MPR fue invitado a actuar en el Festival Internacional Ponton Miziki en Pointe-Noire, República del Congo. Los asistentes al festival pudieron saborear el próximo concierto en París, con piezas clásicas del repertorio del grupo. La reacción del público fue muy positiva.
“Sus palabras son profundamente conmovedoras y reflejan las duras realidades de la vida aquí, ya sea en Congo-Brazzaville o en la República Democrática del Congo”, comenta un miembro de la audiencia. Los fans se hicieron eco del sentimiento, y uno de ellos dijo: «Si tuviera los medios, iría a Francia sólo para ver el concierto del MPR. Ellos son los únicos que hablan en contra de las verdades que viven muchos entre nosotros».
Las canciones de MPR hacen más que entretener: transmiten un poderoso mensaje sobre la urgente necesidad de paz, especialmente en una región donde el conflicto ha persistido durante décadas. El grupo sabe que si bien la música puede inspirar, el cambio real requiere acción colectiva.
“Es hora de dejar de llorar y actuar”, insta MPR. “Nuestra arma es la música, pero cada uno debe contribuir a su manera a la construcción de la paz”.
A medida que su base de fans se expande, su influencia crece.. Los seguidores del grupo reconocen la importancia de mantener estos temas en primer plano. «Alguien tiene que seguir hablando de esta guerra, porque si todo el mundo permanece en silencio, continuará», dice apasionadamente un aficionado.
El concierto de París representa para MPR mucho más que una simple actuación: es un manifiesto. Utilizarán su plataforma para recordar al mundo las luchas en curso en la República Democrática del Congo y los desafíos socioeconómicos más amplios que enfrentan muchos países africanos. Sus canciones serán un llamado a la acción, un llamado a la paz y una crítica intransigente a los poderes fácticos.
“A pesar de todo, el MPR sigue decidido a utilizar la música como herramienta en la lucha por la paz y la justicia social”, afirma Cédric Lyonnel SEHOSSOLO, periodista que cubre su viaje. «Su concierto en París marca un paso más en la afirmación de esta elección artística y política».
Al volver a subir al escenario, MPR sigue siendo una voz poderosa para aquellos que con demasiada frecuencia son silenciados, recordando al mundo que vale la pena luchar por la paz y la justicia, incluso si esa lucha se libra a través de los acuerdos musicales.