Los manifestantes salieron a las calles de Bamako el jueves, expresando su apoyo a la decisión de la junta maliense de retirar al país de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO).
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes y estudiantes, blandían carteles con lemas como «Abajo la CEDEAO. Viva la AES».
Los manifestantes presentaron como alternativa la Alianza de los Estados del Sahel (AES), una organización recién formada que incluye a Mali, Níger y Burkina Faso. La medida se produce después de meses de crecientes tensiones entre las tres naciones afectadas por el golpe y la CEDEAO, que alcanzaron un punto álgido con el repentino anuncio de su retirada el domingo pasado.
En una declaración conjunta, las juntas de Níger, Malí y Burkina Faso acusaron a la CEDEAO de falta de apoyo y denunciaron sanciones «ilegítimas, inhumanas e irresponsables» impuestas en relación con los golpes. Tenga en cuenta que la CEDEAO emitió una declaración afirmando no haber sido informada oficialmente de la decisión de retirada.
Esta decisión sin precedentes marca la primera vez en los casi 50 años de existencia de la CEDEAO que los Estados miembros se retiran de manera tan abrupta. Los analistas expresan preocupación y ven este acontecimiento como un duro golpe al bloque regional y una amenaza potencial a la estabilidad de la región de África Occidental.
Los críticos, incluidos muchos políticos y ex funcionarios malienses, ven la decisión de la junta como un paso atrás en términos de integración regional. La medida genera una desaprobación generalizada en el país, lo que plantea dudas sobre las implicaciones para las relaciones diplomáticas de Malí y su posición en la comunidad internacional.
A medida que la situación evolucione, se espera que las repercusiones de la retirada de Malí de la CEDEAO se sientan en toda la región, ensombreciendo la capacidad del bloque regional para abordar las amenazas a la seguridad y mantener la cohesión regional.