Luchando juntas contra la violencia de género en Kananga

Fatshimetrie, 19 de septiembre de 2024 – La observación es clara: se registraron 107 casos de violencia de género en Kananga, en la provincia de Kasaï Central, entre los meses de abril y junio de 2024. Las cifras reveladas por el informe de la Comisión de Mujeres Red de Protección de los Derechos de la Niñez y la Mujer (REFEDEF) son alarmantes y ponen de relieve una realidad preocupante.

La situación descrita en el documento pone de relieve un notable aumento de los casos de violación y matrimonio precoz, prácticas insostenibles que afectan principalmente a mujeres y niñas de la región. Esta escalada de violencia está vinculada en gran medida a una tradición patriarcal que otorga un poder excesivo a los hombres, colocándolos así en una posición de dominación sobre las mujeres.

En Kasai Central, el papel de la mujer suele limitarse al de esposa y madre, relegando a esta última a funciones menos valoradas que en otras regiones del país. Esta visión retrógrada contribuye a mantener normas sociales opresivas y perpetuar la discriminación contra mujeres y niñas.

Frente a esta realidad inaceptable, se han puesto en marcha acciones concretas en el marco del programa “Voz y Liderazgo de las Mujeres”, en colaboración con el Centro Carter de Canadá. El objetivo es concienciar a las autoridades locales y líderes comunitarios sobre la importancia de combatir la violencia de género y promover la igualdad de género.

Una de las estrategias que se están considerando es desarrollar un edicto provincial destinado a cambiar las normas discriminatorias y promover un entorno más inclusivo para mujeres y niñas. Estas iniciativas, aunque loables, deben ser apoyadas a largo plazo para asegurar su sostenibilidad y garantizar un cambio duradero de mentalidades y comportamientos.

A pesar del fin del apoyo financiero del Centro Carter al programa Voz y Liderazgo de las Mujeres, es imperativo que continúen los esfuerzos para proteger los derechos de las mujeres y combatir la violencia de género. La sociedad congoleña debe unirse para poner fin a estas prácticas bárbaras y construir un futuro donde la igualdad y el respeto por todos sean valores fundamentales.

En conclusión, es esencial seguir creando conciencia, educando y promoviendo cambios profundos dentro de la sociedad congoleña para poner fin a la violencia de género y garantizar un futuro más justo e igualitario para todos. Ha llegado el momento de actuar colectivamente para romper las cadenas de la opresión y construir un futuro mejor para las generaciones presentes y futuras.

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