Fatshimetrie, 19 de septiembre de 2024. Durante una reciente reunión organizada por la red de protección de defensores de derechos humanos en la provincia de Kwilu, en el suroeste de la República Democrática del Congo, las autoridades locales resaltaron las obligaciones esenciales del Estado en materia de derechos humanos. . Este espacio de diálogo interactivo permitió subrayar la importancia de respetar, proteger e implementar los derechos humanos, fundamentos universales que garantizan la dignidad y la libertad de cada individuo, independientemente de su raza, religión, género, nivel educativo o edad.
Chirac Muhika, secretario ejecutivo de la red, subrayó que los derechos humanos constituyen un conjunto de garantías jurídicas que permiten a todos los seres humanos vivir plenamente y con dignidad. Para ello, el Estado tiene el deber de reconocer estos derechos en su ordenamiento jurídico internacional y comprometerse a protegerlos. El diálogo entre autoridades estatales y defensores de derechos humanos fue una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos relacionados con la protección de los derechos humanos en la provincia de Kwilu, y más particularmente en la ciudad de Bandundu.
Durante este encuentro, Me Muhika y Émilienne Owele abordaron diversos temas, como los fundamentos de los derechos humanos, la protección de los derechos durante los arrestos y detenciones, el papel esencial de los defensores de los derechos humanos, las misiones de la comisión nacional de derechos humanos (CNDH) , así como la situación de los derechos humanos en la provincia de Kwilu. Esta iniciativa pretende sensibilizar a las autoridades y a la sociedad civil sobre la importancia de garantizar el respeto a los derechos fundamentales de cada individuo, en un contexto donde la protección de los derechos humanos es crucial para asegurar una sociedad justa y equitativa.
En última instancia, este enfoque subraya el imperativo de que el Estado cumpla con sus obligaciones para con sus ciudadanos promoviendo y protegiendo los derechos humanos, verdaderos pilares de la democracia y la justicia social. Al sensibilizar a los actores locales y promover el diálogo constructivo, es posible fortalecer el compromiso con el respeto de los derechos humanos y construir juntos un futuro en el que cada individuo pueda vivir con dignidad e igualdad.