Continúan llamando la atención las manifestaciones en Moscú para exigir el regreso de los soldados movilizados en Ucrania. Este movimiento de protesta iniciado por las esposas de los soldados movilizados sigue creciendo y las autoridades rusas empiezan a preocuparse por su impacto.
El sábado pasado, durante una nueva manifestación cerca del Kremlin, la policía arrestó a varios periodistas y camarógrafos presentes en el lugar para cubrir el evento. Entre ellos se encontraban empleados de medios de comunicación extranjeros como la agencia de noticias estadounidense AP, la revista alemana Spiegel y un periodista independiente francés. Esta represión de los medios extranjeros demuestra el deseo de las autoridades rusas de controlar la información y limitar la difusión de estos movimientos de protesta.
Estas manifestaciones reflejan la ira de los allegados a los soldados movilizados en Ucrania. Desde hace varias semanas, estas mujeres se reúnen periódicamente para exigir el regreso de sus maridos del frente. Expresan así su preocupación y su deseo de ver a su familia reunida. Las esposas de estos militares han creado grupos en las redes sociales donde comparten sus testimonios y organizan acciones de protesta.
Estas movilizaciones representan un desafío para el Kremlin, que busca mantener una imagen de unidad y apoyo en torno a Vladimir Putin, de cara a las elecciones presidenciales de marzo. Las autoridades rusas se enfrentan a un dilema: reprimir las manifestaciones y correr el riesgo de fortalecer la determinación de los manifestantes, o tolerar estas concentraciones con la esperanza de que pierdan intensidad.
Es interesante observar que esta movilización de las esposas de los soldados movilizados no ha recibido una amplia cobertura en los medios estatales rusos, que prefieren centrarse en el discurso oficial del gobierno. Esto plantea dudas sobre la libertad de prensa en Rusia y la independencia de los medios de comunicación respecto de quienes están en el poder.
En conclusión, las manifestaciones de las esposas de los soldados movilizados en Ucrania en Moscú siguen cobrando impulso, a pesar de la represión de las autoridades rusas. Estas movilizaciones ponen de relieve las preocupaciones y deseos de los seres queridos de los soldados, al tiempo que ponen a prueba el poder existente. La respuesta del gobierno ruso a estas manifestaciones tendrá un impacto en la continuidad del movimiento y en la imagen del país en la escena internacional.