En el seno de la Asamblea Nacional congoleña, durante la reciente sesión plenaria del jueves 19 de septiembre de 2024, se sintió un profundo malestar. Los diputados de las provincias sitiadas, en particular las de Kivu del Norte e Ituri, expresaron su descontento por la prórroga de este medida excepcional sin debate real.
El diputado Justin Bitakwira, representante de Uvira en Kivu del Sur, hizo un fuerte llamamiento al Jefe de Estado, subrayando la urgencia de escuchar las voces de las poblaciones locales afectadas por la guerra. Subrayó que una decisión tan crucial como el estado de sitio no debería imponerse sin una consideración real de las opiniones de los principales interesados.
La tensión era palpable en el hemiciclo, con los diputados denunciando el carácter cada vez más económico del estado de sitio. Gratien Iracan de Saint-Nicolas, diputado por Bunia en Ituri, denunció la explotación ilícita de los recursos mineros por parte de algunos generales en detrimento de la protección de las poblaciones locales. Una visión compartida por muchos funcionarios electos que piden una mayor transparencia en la gestión de esta crisis.
Del lado de Kivu del Norte, el diputado príncipe Willy Mishiki, elegido por Walikale, destacó la ausencia de debates constructivos en los que participen los cargos electos locales en la toma de decisiones sobre el estado de sitio. Para él, esta medida ha mostrado sus límites y debe revisarse desde una perspectiva más inclusiva y eficaz.
Ante estas crecientes críticas, es hora de repensar el papel de la Asamblea Nacional en la gestión de la crisis de seguridad que azota a las provincias de Ituri y Kivu del Norte. Una consulta real con las partes interesadas locales y la transparencia en la gestión de los recursos son esenciales para restaurar la confianza de las poblaciones y trabajar verdaderamente por la paz y la estabilidad en la región.
En conclusión, la situación actual exige una reflexión profunda sobre los mecanismos de toma de decisiones y gestión de crisis en la República Democrática del Congo. Es hora de escuchar las voces de las comunidades afectadas, colocar la transparencia y la eficiencia en el centro de las acciones tomadas y trabajar colectivamente para restaurar la paz y la seguridad tan esperadas.