**Fatshimetria**
El domingo 22 de septiembre fue escenario de un acto de brutalidad espantosa en el eje Kalemie – Kabimba, en la provincia de Tanganica. Dos miembros del personal naval murieron trágicamente a tiros, un civil resultó herido y dos ciudadanos chinos fueron secuestrados por individuos armados en un ataque a plena luz del día. Esta noticia, de violencia insoportable, plantea una vez más la cuestión de la seguridad y el clima de inseguridad que reina en determinadas regiones de la República Democrática del Congo.
Según testigos presentes en el lugar, un grupo de hombres armados, cuya identidad sigue siendo desconocida hasta el día de hoy, tendieron una emboscada a un vehículo de Great Lakes Cement Company (GLC) que transportaba a trabajadores y miembros de las fuerzas armadas chinas. Este ataque se produjo cerca del lugar conocido como “Kipori”, ubicado a unos cuarenta kilómetros de la localidad de Kalemie. Las consecuencias de este ataque son trágicas: dos vidas perdidas, heridos y secuestros que sumergen a las familias de las víctimas en la angustia y la consternación.
Las fuerzas de seguridad desplegaron inmediatamente medios para encontrar a los dos ciudadanos chinos secuestrados. La búsqueda es intensa, pero el silencio de los secuestradores y las zonas remotas de la región complican las operaciones de rescate. A pesar del compromiso de las autoridades, lamentablemente este tipo de ataque perpetrado en este eje no tiene precedentes. El pasado mes de abril, una situación similar conmovió a la opinión pública, con el secuestro de ciudadanos chinos y la pérdida de vidas humanas en circunstancias similares.
Estos acontecimientos de increíble violencia subrayan la urgencia de que las autoridades refuercen la seguridad de las carreteras y de los ciudadanos de Tanganica. La población local y los trabajadores extranjeros, que contribuyen al desarrollo económico de la región, deben poder realizar sus actividades con total tranquilidad, sin temer por su seguridad. Es imperativo tomar medidas inmediatas para garantizar la protección de los ciudadanos y luchar contra la impunidad de los grupos armados que siembran el terror.
En este momento de luto e incertidumbre, es fundamental que la comunidad internacional brinde apoyo a las autoridades congoleñas para garantizar la seguridad y la estabilidad en la región de Tanganica. Solidaridad y cooperación son las palabras clave para afrontar estos desafíos que amenazan la paz y la seguridad de toda una población. Es hora de actuar y tomar medidas concretas para poner fin a esta espiral de violencia e inseguridad que azota el este de la República Democrática del Congo.