La reciente manifestación frente al tribunal más alto de la República Democrática del Congo (RDC) fue escenario de una manifestación pacífica pero decidida para exigir la liberación de los presos políticos, incluidas las tres figuras de la oposición más emblemáticas del país.
Al finalizar la protesta, representantes de los partidos de la oposición presentaron al Ministro de Justicia una declaración en la que acusaban al presidente congoleño, Félix Tshisekedi, de querer «amordazar a los opositores» y «silenciar las voces disidentes».
Los partidos exigieron la liberación de Jean-Marc Kabund, líder del partido Alianza para el Cambio; Mike Mukebayi, ex miembro del parlamento provincial del Rally por la República; y Seth Kikuni, candidato presidencial el año pasado.
Kabund y Mukebayi fueron arrestados el año pasado por “insultar al jefe de Estado” y “difundir rumores falsos”. Kabund fue condenado a siete años de prisión tras acusar al presidente de corrupción y malversación de fondos, mientras que Mukebayi se encuentra actualmente detenido en espera de juicio.
Los dos hombres están detenidos en la tristemente célebre prisión central de Makala, la más grande del Congo, con capacidad para 1.500 personas pero que cuenta con más de 12.000, la mayoría de ellas en espera de juicio.
A principios de este mes, un intento de fuga de la prisión provocó la muerte de 129 personas, algunas de ellas a tiros por guardias y soldados y otras murieron en una estampida provocada por el hacinamiento en las instalaciones, según las autoridades.
Kikuni fue arrestado a principios de este mes por «incitar a la desobediencia civil» y «difundir rumores falsos» y actualmente se encuentra detenido por la agencia de inteligencia del Congo.
El mes pasado, la República Democrática del Congo anunció su intención de buscar un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Esta decisión fue fuertemente criticada por la oposición y diversas organizaciones de la sociedad civil, incluida la Fundación para la Paz Bill Clinton, que declaró que la RDC no reunía las condiciones necesarias para reclamar tal responsabilidad internacional y que el historial en materia de derechos humanos en el país desacreditaría la institución.
El Consejo de Derechos Humanos revisa periódicamente los registros de derechos humanos de todos los países, nombra investigadores independientes para abordar cuestiones como la tortura y envía misiones de investigación para investigar violaciones de derechos.
Desde su creación en 2006, el Consejo de Derechos Humanos ha sido criticado por el pobre historial de algunos de sus miembros en materia de derechos humanos, y se alega que quienes violan los derechos buscan formar parte de él para protegerse a sí mismos y a sus aliados..
Esta apasionada protesta y llamado a la liberación de los presos políticos resalta las tensiones políticas que persisten en la República Democrática del Congo, planteando interrogantes sobre la gobernanza, la justicia y los derechos humanos en el país.