El año 2024 comenzó con un importante evento marítimo cuando Rusia y China lanzaron un ejercicio naval conjunto en el Mar de Okhotsk. Con el nombre en código “Beibu/Interaction-2024”, el ejercicio comenzó el pasado sábado en el Mar de Japón y contó con operaciones antiaéreas y antisubmarinas.
El Ministerio de Defensa ruso informó que fuerzas marítimas conjuntas de la Flota del Pacífico y la Armada china realizaron maniobras, establecieron entrenamiento e implementaron medidas de defensa y protección aérea en una zona no segura.
Del lado ruso, la flota estaba formada por los grandes destructores antisubmarinos Admiral Panteleyev y Admiral Tributs, así como por las corbetas MPK-82 y MPK-107, según informó Interfax. Mientras tanto, las fuerzas chinas incluían los destructores Xining y Wuxi, la fragata Linyi y el barco de apoyo integrado Taihu.
Esta cooperación militar entre Rusia y China demuestra una creciente alianza estratégica entre los dos gigantes. De hecho, estos ejercicios conjuntos fortalecen los vínculos entre las dos superpotencias y demuestran su capacidad para trabajar juntas para garantizar la seguridad regional.
Además, este ejercicio naval conjunto subraya el deseo de los dos países de entablar asociaciones militares y fortalecer su preparación frente a los actuales desafíos de seguridad. La coordinación de operaciones antiaéreas y antisubmarinas resalta la necesidad de una colaboración estrecha para abordar las amenazas emergentes en la región.
En conclusión, el ejercicio naval conjunto entre Rusia y China en el Mar de Okhotsk ofrece información sobre la evolución de las relaciones geopolíticas globales y la cooperación militar entre naciones. Esta colaboración mejorada entre las dos potencias marítimas resalta su compromiso compartido con la estabilidad y la seguridad regionales.