El 29 de septiembre de 2024, la ciudad de Kenge, situada en el suroeste de la República Democrática del Congo, fue escenario de un gran acontecimiento para la comunidad católica local. En efecto, durante una misa solemne celebrada en la catedral de Mwense Maria, seis nuevos sacerdotes y siete diáconos fueron ordenados por el obispo de la diócesis de Kenge, Jean-Pierre Kwambamba Mosi.
La ordenación al sacerdocio es un momento sagrado en la vida religiosa, que marca el compromiso solemne de quienes son ordenados para servir a la comunidad cristiana con dedicación y responsabilidad. El obispo recordó a los nuevos sacerdotes y diáconos la importancia de vivir de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica, enfatizando los valores de obediencia, castidad y pobreza.
En su discurso, marcado por la solemnidad y la espiritualidad, Jean-Pierre Kwambamba Mosi subrayó la exigencia del celibato de los sacerdotes, como salvaguardia para preservar la integridad de su vocación sacerdotal. También habló de la llamada de Jesús a los primeros apóstoles, invitándolos a seguir su ejemplo en la misión que deben cumplir entre la comunidad de los fieles.
Los seis nuevos sacerdotes ordenados, entre ellos el Abbé Emmanuel Kikar, Jean Paul Ngekwe, Hervé Minimio, Giresse Tanzey, Jean Claude Ikenye y Daniel Kayala, y los siete diáconos, Blaise Pascal Kwakatuka, Jean Mayo Mpia, Dieu Given Mupwala, Jean-Marc Munsey, Jacques Sangidila, Tite Tayay y Festus-Tresor Nanzaya, representan una nueva generación de siervos de Dios llamados a llevar consuelo, guía y apoyo espiritual a la población de Kenge.
La ceremonia de ordenación estuvo marcada por la presencia de varias figuras políticas destacadas, como el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional, Christophe Mboso Nkodia, los diputados nacionales electos del Gran Bandundu y Kinshasa, el gobernador Willy Bitwisila, así como otros representantes locales y provinciales. autoridades.
Al margen del evento religioso, el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional se comprometió a tener en cuenta las preocupaciones de la población de Kenge, en particular en lo que respecta a las infraestructuras públicas, como la electricidad y las instalaciones deportivas. Su voluntad de trabajar en colaboración con las autoridades locales para satisfacer las necesidades de la comunidad demuestra un enfoque dedicado al servicio del bien común.
En conclusión, la ordenación de nuevos sacerdotes y diáconos en Kenge representa un fuerte momento simbólico y espiritual para la comunidad católica, pero también una llamada al compromiso y a la responsabilidad para quienes están investidos de esta sagrada misión.