Fatshimetrie, 29 de septiembre de 2024 – Un acontecimiento excepcional tuvo lugar en el gimnasio gemelo del estadio de los Mártires de Kinshasa: el esperado encuentro entre los ex jugadores de baloncesto de la selección nacional de la República Democrática del Congo (RDC) y la selección de Kinshasa . El partido de gala cautivó a los aficionados al baloncesto, ofreciendo un espectáculo rico en emociones y aprendizajes.
Desde el inicio quedó claro que este enfrentamiento iba a ser especial. Las antiguas glorias, a pesar de su avanzada edad y su pérdida de forma física, demostraron un compromiso inquebrantable. Frente a un equipo de Kinshasa formado por jugadores en activo, los ex Leopardos demostraron que todavía tenían recursos para compartir.
Los resultados de los distintos cuartos revelaron una competencia reñida, lejos de los pronósticos previstos. Con una diferencia de sólo 6 puntos en el primer cuarto, seguida de 7 puntos en el segundo y tercer cuarto, la tensión era palpable. Finalmente, la selección de Kinshasa ganó con una diferencia de 9 puntos en el último cuarto.
La juventud triunfó, pero el presidente de la Liga Provincial de Baloncesto de Kinshasa, Arthur Lwango, subrayó la importancia de este partido de gala para reunir a las generaciones. Saludó la iniciativa de los ex jugadores de baloncesto, destacando la transferencia de energía y de conocimientos entre mayores y jóvenes.
Pierrot Ilunga, ex jugador de la selección nacional e iniciador de este partido, subrayó también el valor de este encuentro para el desarrollo del baloncesto en la República Democrática del Congo. Para él, fue la oportunidad perfecta para fomentar la amistad y el aprendizaje mutuo entre generaciones.
Los comentarios de los jugadores de la selección de Kinshasa reflejan la riqueza de esta experiencia. Agradecieron la oportunidad de aprender de sus mayores, destacando que el enfrentamiento había sido enriquecedor para su desarrollo personal y deportivo.
En conclusión, el partido de gala entre los ex jugadores de baloncesto de la RDC y la selección de Kinshasa fue mucho más que una simple competición deportiva. Simbolizaba el paso del testigo entre generaciones, destacando la importancia de la experiencia y el compartir en el mundo del baloncesto. Este encuentro será recordado como un momento de fraternidad y transmisión, poniendo de relieve la grandeza de este deporte que une corazones y mentes más allá de generaciones.