El control del coltán por parte del M23 en la República Democrática del Congo: una amenaza a la paz internacional y la estabilidad regional

**Fatshimetrie: El control del coltán por parte del M23 en la República Democrática del Congo**

Durante el reciente discurso trimestral ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante de la MONUSCO, Bintou Keita, destacó una realidad preocupante respecto del control administrativo ejercido por el M23 en los territorios de Masisi y Rutshuru, en Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo. Este control permitió al grupo rebelde establecer un monopolio sobre la producción de coltán, un mineral esencial para la industria tecnológica global.

Según Keita, el comercio desde la región de Rubaya, que representa más del 15% de la producción mundial de tantalio, genera en promedio casi 300.000 dólares al mes para el M23. Esta explotación ilegal de los recursos naturales de la República Democrática del Congo alimenta a los grupos armados y agrava la explotación de las poblaciones civiles, algunas de las cuales quedan reducidas a una forma de esclavitud moderna.

Ante esta alarmante situación, la comunidad internacional debe reaccionar. Bintou Keita pidió sanciones específicas contra los actores involucrados en este comercio ilícito y destacó que la paz en la región seguirá siendo difícil de alcanzar sin medidas firmes y concertadas.

Al mismo tiempo, se subrayó la importancia de mejorar la gobernanza de la explotación de los recursos naturales en la República Democrática del Congo. Es imperativo que el gobierno fortalezca la transparencia y la trazabilidad de los flujos mineros, invierta en el procesamiento local de materias primas y tome acciones concretas contra los flujos financieros ilícitos.

Durante su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente congoleño, Félix Tshisekedi, también condenó enérgicamente el apoyo de Ruanda al M23, calificando al grupo rebelde de «grupo terrorista». Destacó la crisis humanitaria sin precedentes en el este del país, que provocó el desplazamiento de casi 7 millones de personas.

Tshisekedi pidió a la comunidad internacional que condene enérgicamente a Ruanda e imponga sanciones específicas. Exigió la retirada inmediata de las tropas ruandesas del territorio congoleño y destacó la urgencia de restablecer la paz e implementar programas de desarme y reintegración de los combatientes para estabilizar las zonas de conflicto.

En esta situación crítica, la cooperación internacional y la voluntad política son esenciales para poner fin a la explotación de los recursos naturales con fines de lucro, garantizar la seguridad de las poblaciones civiles y trabajar por una paz duradera en la República Democrática del Congo.

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