Violencia de los rebeldes centroafricanos en la provincia de Bajo Uélé: la población vive aterrorizada

La región de la provincia de Bajo Uélé vuelve a verse sacudida por la violencia perpetrada por los rebeldes centroafricanos Seleka. La sociedad civil local informó con consternación que tres personas fueron asesinadas y varias más fueron tomadas como rehenes en la jefatura de Mopoy, sector de Banda en el territorio de Ango. Estos trágicos acontecimientos sumergen a la población en el miedo y la inseguridad, mientras estos grupos armados extranjeros siguen sembrando el terror en las aldeas circundantes.

Entre las víctimas se encuentra un joven de 37 años y su hijo de 12, estudiante de la escuela primaria de Dindo. Atados a un árbol, fueron fusilados a sangre fría en el pueblo de Samungu. Estos actos de barbarie deben ser condenados en los términos más enérgicos, porque representan un ataque intolerable a la vida y la dignidad humana.

Theo Zagbina, presidente de la sociedad civil local, expresa legítimamente su temor por el posible aumento del número de víctimas ante la brutalidad de estos rebeldes. La situación es tanto más preocupante cuanto que estos últimos han secuestrado a otras personas y se desplazan con sus rehenes hacia un destino desconocido. Estos dramáticos acontecimientos subrayan la urgencia de reforzar el personal militar en la región para proteger a la población y poner fin a estas mortíferas incursiones.

La historia de las atrocidades cometidas por los rebeldes no termina ahí. Otro hombre de 37 años fue asesinado a tiros en el río Loyi, lo que revela la crueldad y violencia de estos grupos armados. A pesar de la valiente intervención de dos elementos de las FARDC, algunos rehenes lograron escapar. Estas desgarradoras historias subrayan la necesidad urgente de una acción coordinada y eficaz por parte de las autoridades para garantizar la seguridad de las poblaciones locales y garantizar justicia para las víctimas de esta violencia inaceptable.

Ante estas graves y preocupantes acusaciones, preocupa la falta de reacción del administrador del territorio de Ango. Es esencial que las autoridades competentes adopten medidas concretas e inmediatas para poner fin a estos abusos y garantizar la protección de los civiles inocentes que son el objetivo de estos grupos armados. La sociedad civil no puede permanecer en silencio ante tales atrocidades y pide la movilización de todos para garantizar la paz y la seguridad en la región del Bajo Uélé.

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