Crisis en Sudán: Acusaciones de implicación egipcia, una escalada preocupante

Un acontecimiento intenso y sin precedentes el pasado miércoles, cuando las tensiones entre Egipto y Sudán alcanzaron su punto máximo. Han surgido inquietantes afirmaciones que acusan a El Cairo de interferir en el conflicto que ha estado desgarrando a Sudán durante más de un año. Según declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores, El Cairo ha rechazado categóricamente cualquier implicación partidista, subrayando su único objetivo: poner fin a la guerra y proteger a los civiles.

Las acusaciones se producen en medio de una serie de intensas medidas por parte de Egipto para poner fin al conflicto, salvaguardar a las poblaciones civiles y fortalecer la respuesta internacional a los planes de ayuda humanitaria, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores.

En un vídeo publicado el miércoles, el jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido afirmó que sus combatientes habían sido blanco de ataques aéreos egipcios en la cordillera de Jabal Moya, que une los estados de Sennar, Al-Jazirah y Nilo.

Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, dijo que aviones de combate Sukhoi 29 de propiedad egipcia bombardearon posiciones de las RSF en Jabal Moya durante horas el 5 de octubre, permitiendo al ejército sudanés recuperar el control de la zona.

No es la primera vez que Hemedti, acusado de recibir armas de los Emiratos Árabes Unidos, menciona la implicación de El Cairo en la guerra de Sudán. Desde mediados de septiembre, el ejército sudanés pasó a la ofensiva y recuperó importantes territorios en manos de las RSF.

El jefe del ejército sudanés, Abdel Fattah al Burhan, exigió el desarme de los rebeldes como condición previa para las conversaciones.

La guerra en Sudán, que entra en su segundo año, ha dejado decenas de miles de muertos y obligado a más de 10 millones de personas a huir de sus hogares. Ambos bandos están acusados ​​de cometer atrocidades.

Esta preocupante escalada del conflicto plantea interrogantes sobre una posible internacionalización del conflicto y las desastrosas consecuencias que podría tener, poniendo en peligro la seguridad y el bienestar de millones de civiles que ya están puestos a prueba por los horrores de la guerra. Por lo tanto, la necesidad de una solución rápida y pacífica del conflicto se vuelve más imperativa que nunca.

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