Fatshimetrie, 13 de octubre de 2024 – La congestión de las carreteras en Kinshasa sigue siendo un problema importante, y cada vez es más evidente que el incumplimiento del código de circulación es en gran medida responsable. La observación es clara: los atascos que paralizan el tráfico en la capital congoleña tienen su origen en el comportamiento irresponsable de los conductores.
Según declaraciones del subcomisario jefe Peter Kabamba, que supervisa la policía de tránsito en el municipio de Tshangu, el incumplimiento de las normas de circulación es la principal causa de los atascos, especialmente en las horas punta. A pesar de los esfuerzos realizados por las fuerzas del orden para regular el tráfico, este comportamiento irresponsable persiste y contribuye a empeorar la situación.
Los conductores que se muestran apresurados e impacientes en las carreteras de Kinshasa alimentan los atascos que paralizan algunas vías importantes de la ciudad, como los tramos “De Bonhomme”, la entrada a Ndjili Saint Thérèse y “Kimbuta”. Ante esta alarmante situación, el comisario Kabamba pide volver al sentido común y respetar mejor el código de circulación, invitando a los conductores a respetar las normas establecidas para garantizar la seguridad de todos.
Además del incumplimiento de las normas de circulación, otro factor que contribuye al caos en las carreteras de Kinshasa es la falta de documentos administrativos entre muchos conductores. Esta falta de control y seguimiento fomenta comportamientos peligrosos y abusos, poniendo en peligro la seguridad de todos los usuarios de la vía. Es fundamental que cada conductor asuma su responsabilidad y cumpla con los requisitos en cuanto a documentación y cumplimiento de las normas de tráfico.
Además, el experto en seguridad del transporte multimodal, Vale Manga, destaca el desorden que reina en el sector del transporte público en Kinshasa. La falta de plazas de aparcamiento adecuadas provoca frecuentes conflictos entre los conductores y las autoridades y contribuye a la saturación de los carriles de circulación. Para remediar esta situación, recomienda la instalación de señales de tráfico adecuadas y la creación de más zonas de aparcamiento para limitar las molestias causadas por el estacionamiento ilegal.
En conclusión, la lucha contra los atascos y el caos vial en Kinshasa pasa necesariamente por el estricto cumplimiento del código de circulación, la sensibilización de los conductores sobre su responsabilidad individual y colectiva, así como la mejora de las infraestructuras y de los sistemas de regulación del tráfico. Es imperativo que las autoridades locales y los ciudadanos trabajen juntos para promover un tráfico más fluido y seguro en la capital congoleña.