Los corazones latieron al unísono en el anfiteatro de la Universidad de Kisangani este sábado 12 de octubre de 2023. Allí tuvo lugar una ocasión solemne, la del juramento de las nuevas enfermeras de escuelas e institutos superiores de tecnología médica. Un total de 165 profesionales recién graduados comprometidos a servir con dedicación y compasión, marcando el inicio de una carrera dedicada a la salud y el bienestar de la población.
Presidido por Jérôme Bonwi, el consejo provincial de la orden de enfermeras supervisó esta ceremonia llena de simbolismo y compromiso. El “Juramento de Florencia Nachtigal”, llamado así en homenaje a la pionera de la profesión de enfermería, es mucho más que una formalidad administrativa. Es un compromiso moral y ético asumido por estos nuevos cuidadores con la comunidad que los rodea.
En esta cohorte de 165 enfermeras, las mujeres destacan al representar el 65% de la plantilla. Una demostración del compromiso y dedicación de la mujer en el campo de la salud. Jérôme Bonwi subrayó en su discurso la importancia de la misión que incumbe a estos profesionales de la salud. Estar al lado de los enfermos, trabajar por la salud de la población, brindar ayuda y experiencia en beneficio de todos son responsabilidades cruciales para el desarrollo y el bienestar de la sociedad.
De hecho, la salud es un pilar fundamental de cualquier sociedad próspera. Sin profesionales de la salud comprometidos y dedicados, las comunidades son más vulnerables a las enfermedades, el sufrimiento y las disparidades socio-sanitarias. Las enfermeras están en primera línea y, a menudo, son las primeras caras reconfortantes que ven los pacientes en momentos de angustia y dolor.
A través de este juramento, estas jóvenes enfermeras no sólo prometieron respetar y honrar su profesión, sino también resaltar los valores de empatía, integridad y solidaridad que son esenciales para su rol como cuidadoras. Su compromiso no es sólo con las personas que cuidan, sino con toda la sociedad, con un espíritu de servicio y contribución al bien común.
Al prestar juramento, estas enfermeras sellaron un pacto sagrado con la comunidad, afirmando su deseo de trabajar por el bienestar y la salud de todos. Su viaje apenas ha comenzado, pero su determinación y compromiso ya presagian un futuro prometedor para la profesión de enfermería y para la salud de la población de Kisangani y más allá.