**Masacres de Beni: Conmemoración de los 10 años – Un deber de memoria y acción por la paz**
El 15 de octubre de 2014 queda grabado en la memoria de los habitantes de la región de Beni, en la provincia de Kivu Norte, en la República Democrática del Congo. En esta fecha desastrosa, la violencia de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) golpeó duramente a los barrios de Ngadi y Nzuma, inaugurando así una década de terror y masacres perpetradas contra civiles inocentes.
Diez años después, el duelo y la ira persisten entre la población local, ante el horror diario de la pérdida de seres queridos, la destrucción de pueblos y la inseguridad permanente. La conmemoración de este macabro aniversario adquirió un carácter solemne, marcado por una procesión en homenaje a las víctimas, seguida de un culto ecuménico en Ngadi, lugar simbólico de los primeros asesinatos.
Más allá del deber de recordar, esta conmemoración fue una oportunidad para que la sociedad civil de Beni recordara con fuerza la urgente necesidad de actuar para restablecer la paz y la seguridad en esta maltrecha región. Los llamamientos urgentes a las autoridades congoleñas resuenan como una urgencia de tomar medidas concretas para poner fin a la persistente inseguridad y la impunidad de los grupos armados.
Ante la complejidad de la situación y la magnitud de los desafíos que hay que afrontar, la construcción de un monumento en memoria de las víctimas y la identificación de las personas desaparecidas parecen pasos esenciales para rendir homenaje a las víctimas inocentes y hacer justicia. sus familias afectadas.
A pesar de los esfuerzos realizados por las fuerzas armadas congoleñas y sus socios internacionales para neutralizar a las ADF, la amenaza persiste y requiere una movilización sostenida y coordinada para superarla. La cooperación entre el ejército congoleño y las Fuerzas de Defensa del Pueblo de Uganda (UPDF) se presenta como un rayo de esperanza en la lucha contra los grupos armados que siembran el terror y el caos.
En este doloroso aniversario de las masacres de Beni, es momento de conmemorarlo, pero también de actuar. El compromiso de todos, desde las autoridades locales hasta los ciudadanos comunes, es esencial para construir un futuro de paz y reconciliación en una región marcada por la violencia y la tragedia. Es hora de honrar la memoria de las víctimas trabajando incansablemente por un futuro mejor, donde la paz y la justicia finalmente triunfen.