La situación de la huelga de docentes en la provincia educativa de Kwilu 1 continúa alimentando el debate y sembrando confusión entre las partes interesadas. Durante la asamblea general celebrada recientemente para discutir el llamamiento al patriotismo lanzado por el Primer Ministro, no se pudo llegar a ningún compromiso entre los diferentes sectores de los docentes en huelga. Algunos abogaron por una huelga pasiva, consistente en ir a la escuela sólo para completar las listas de asistencia, mientras que otros abogaron por la continuación de la huelga activa, que conduciría a un cese total de actividades.
Ante esta división, la presidenta del intersindical de docentes Kwilu 1, Fitila Mbey, anunció la suspensión de la asamblea general, indicando que sería necesario un análisis más profundo de la situación para determinar el curso de acción a seguir. . Sin embargo, la cuestión de si enviar a los niños a la escuela sigue sin resolverse, lo que deja a los padres sin saber qué medidas tomar.
Mientras tanto, la incertidumbre también persiste en la provincia educativa de Kwilu 2, donde los docentes no pudieron celebrar una asamblea general para decidir sobre el seguimiento del movimiento huelguístico. Benoît Kasiama, presidente de la intersindical, expresó su desacuerdo durante una entrevista reciente, denunciando la mala fe del Estado congoleño y subrayando que se deben tomar medidas concretas para mejorar las condiciones de vida de los docentes.
Esta situación pone de relieve los desafíos que enfrenta el sector educativo en la República Democrática del Congo, destacando las demandas legítimas de los docentes por mejores condiciones laborales y el reconocimiento de su importancia en la sociedad. Es esencial que las autoridades tomen en consideración estas preocupaciones y encuentren soluciones duraderas para garantizar una educación de calidad para todos los niños del país.
Mientras tanto, la extensión de la huelga de docentes en las diferentes provincias educativas de Kwilu pone de relieve la urgencia de encontrar puntos en común y poner en marcha medidas concretas para responder a las demandas legítimas de los docentes, garantizando al mismo tiempo la continuidad de las actividades educativas para el bien -Ser de los estudiantes y de la educación congoleña en su conjunto.