Fatshimetrie: Los peligros de armar al Cuerpo Federal de Seguridad Vial en cuestión

**Fatshimetrie: El llamado a la prudencia ante la propuesta de armar el Cuerpo Federal de Seguridad Vial**

En un reciente alegato, el defensor de los pueblos indígenas de Biafra (IPOB), Ifeanyi Ejiofor, hizo un llamamiento urgente a todos los nigerianos para que rechacen categóricamente el proyecto de ley que armará al Cuerpo Federal de Seguridad Vial (FRSC). Esta propuesta genera seria preocupación por su posible impacto en la seguridad pública y el orden vial en el país.

Ejiofor advierte de las desastrosas consecuencias que podría traer una medida así. Según él, transformar una agencia civil responsable de la gestión del tráfico en una fuerza armada no sólo podría aumentar los riesgos de incidentes trágicos, sino también intensificar la violencia en nuestras carreteras, que ya están sujetas a importantes desafíos de seguridad.

Los acontecimientos pasados ​​han demostrado las nefastas consecuencias del abuso de poder por parte de agentes armados. Están aumentando los informes de agentes de seguridad que desatan violencia innecesaria y que provocan la pérdida de vidas inocentes, alimentando un clima de miedo e intimidación entre los ciudadanos. La propuesta de armar al FRSC sólo aumentaría la probabilidad de que se produjeran incidentes tan trágicos, advierte Ejiofor.

Más allá de los riesgos inmediatos, plantea la cuestión del impacto psicológico de armar a los agentes de seguridad vial. Como actores clave responsables de orientar, educar y hacer cumplir las normas viales de manera tranquila y ordenada, la idea de armarlos sólo puede aumentar las tensiones y dañar la seguridad pública.

En lugar de ceder a la tentación del armamento, la FRSC debería priorizar la inversión en tecnologías modernas, una mejor capacitación y una mayor cooperación con las agencias de seguridad para abordar las causas profundas de la inseguridad vial, defiende Ejiofor. Por lo tanto, pide a todos los ciudadanos preocupados por el bienestar colectivo que rechacen enérgicamente este proyecto de ley para mantener nuestras carreteras como lugares de seguridad y no de enfrentamiento.

En conclusión, es esencial que los legisladores y formuladores de políticas se centren en los desafíos reales que enfrenta el país y garanticen que la seguridad pública siga siendo una prioridad absoluta. Ante una amenaza cada vez más preocupante, la cautela y la reflexión deben guiar nuestras acciones, en lugar de precipitarnos hacia medidas potencialmente peligrosas para la sociedad en su conjunto.

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