Las relaciones románticas y la fidelidad son temas complejos que suscitan muchas preguntas y análisis. Un estudio reciente realizado por el instituto Fatshimetrie arrojó luz sobre los grupos de edad con mayor probabilidad de engañar a sus parejas, revelando algunas tendencias interesantes y a veces sorprendentes.
Según los datos recopilados, las personas de entre 30 y 39 años parecen ser especialmente propensas al adulterio. De hecho, el 32% de los participantes encuestados admitió haber engañado a su pareja durante este período, a menudo en los primeros años de matrimonio. Este fenómeno se ha asociado con la crisis de la mediana edad, donde algunas personas sienten la necesidad de escapar de una relación que se siente opresiva.
Los adultos jóvenes de entre 19 y 29 años ocuparon el segundo lugar, y el 28% admitió haber sido infiel por primera vez durante este período. Esta propensión a la infidelidad puede explicarse por un deseo de exploración y libertad; las personas de este grupo de edad suelen buscar nuevas experiencias y descubrimientos.
Las personas de 40 a 49 años son otro grupo de riesgo: el 24% afirma haber sido infiel debido al estrés. Para muchos, este período de la vida está marcado por mayores responsabilidades familiares, y la presión a veces puede causar tensión en la relación, empujando a algunos a buscar consuelo fuera.
Otro dato interesante que revela el estudio es el hecho de que las personas cuyas edades terminan en «9» (29, 39, etc.) tienen más probabilidades de hacer trampa o experimentar cambios importantes en sus vidas. Este fenómeno, denominado “ansiedad por los hitos”, podría ser el resultado de la transición a una nueva década, lo que lleva a las personas a cuestionar su situación y sus elecciones.
En última instancia, estas tendencias resaltan la complejidad de las relaciones humanas y la fragilidad de la lealtad en un mundo en constante cambio. Comprender los motivos que empujan a algunas personas a engañar a su pareja puede ayudar a abrir el diálogo y fortalecer los vínculos dentro de la pareja, promoviendo así una relación más plena y auténtica.