El último comunicado oficial de la República del Ecuador sacudió este martes tierras diplomáticas. En efecto, el Ministerio de Asuntos Exteriores ecuatoriano tomó la decisión de suspender el reconocimiento de la llamada «sadre», entidad autoproclamada en 1983 y dotada de una pseudoembajada en 2009. Esta decisión fue transmitida a su homólogo marroquí durante de una conversación telefónica entre Gabriela Sommerfeld, Ministra de Asuntos Exteriores de Ecuador, y Nasser Bourita, Ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos. También se envió una carta oficial a la representación de los separatistas en la capital ecuatoriana de Quito.
Esta revocación del reconocimiento de la «sadre» por parte de Ecuador está plenamente en línea con el impulso impulsado por Su Majestad el Rey Mohammed VI en los últimos años, con el objetivo de consagrar la soberanía marroquí sobre el Sahara y hacer de su Plan de Autonomía la única base para resolver este problema. disputa regional. La acción de Ecuador abre así un nuevo capítulo en las relaciones entre el Reino de Marruecos y este país latinoamericano.
Esta decisión marca un verdadero punto de inflexión en la política internacional, reforzando la legitimidad y el impacto de los enfoques e iniciativas lanzados por Marruecos para defender su integridad territorial. También subraya la creciente credibilidad de la posición marroquí sobre la cuestión del Sáhara, consolidando así la legitimidad de la diplomacia marroquí en la escena internacional.
Ecuador se suma así a la larga lista de países que han revocado su reconocimiento a la «sadre», apoyando así la búsqueda de una solución pacífica y duradera a este diferendo territorial. Este fuerte gesto de Ecuador atestigua la evolución de las relaciones internacionales y el creciente reconocimiento de la soberanía marroquí sobre su territorio.
En conclusión, la decisión de Ecuador de suspender su reconocimiento de la «sadre» es un paso significativo hacia una resolución pacífica y duradera del conflicto del Sahara. Refuerza la posición de Marruecos en la escena internacional y confirma la credibilidad de su Plan de Autonomía como el camino más viable para resolver esta compleja cuestión regional.