El año 2024 estuvo marcado por inundaciones devastadoras en las cuencas del Níger y el lago Chad en África, provocadas por la intensificación de las lluvias estacionales debido al cambio climático. Un equipo de científicos internacionales ha publicado un estudio que destaca el impacto de la actividad humana en estos fenómenos climáticos extremos. Investigadores de la iniciativa World Weather Attribution (WWA) descubrieron que las inundaciones en Chad, Camerún, Níger, Nigeria y Sudán provocaron la pérdida de más de 2.000 vidas y el desplazamiento de millones.
Las represas en Nigeria y Sudán se han visto abrumadas por las fuertes lluvias, lo que pone de relieve la vulnerabilidad de la infraestructura a estos fenómenos meteorológicos cada vez más intensos. Los científicos de WWA señalaron que estos intensos eventos de precipitaciones de verano se han convertido en la nueva normalidad debido al calentamiento global y se repetirán cada año si la tendencia al calentamiento global continúa.
El impacto de estas recurrentes inundaciones extremas se ha visto agravado por la pobreza, la rápida urbanización y los problemas de gestión del agua en la región. Además, los conflictos han contribuido a empeorar la situación, con millones de personas desplazadas en Chad, Nigeria y Sudán, que viven en refugios improvisados y corren un mayor riesgo cuando las intensas lluvias provocan inundaciones.
La compleja crisis humanitaria de Sudán se vio agravada aún más por las fuertes inundaciones de junio a septiembre, que pusieron a prueba la capacidad de las agencias de ayuda y las autoridades gubernamentales para responder a la situación. La región debe prepararse para eventos de lluvia mucho más intensos que los observados en 2024, y debe mejorar rápidamente la gestión del agua y reducir la vulnerabilidad de las poblaciones.
Los científicos han pedido una mayor inversión en sistemas de alerta temprana y mejoras de represas en la región, e instaron a los países ricos a contribuir financieramente significativamente para ayudar. También pidieron a los delegados de la cumbre climática COP29 de la ONU, que se celebrará en Azerbaiyán el próximo mes, que tomen medidas para acelerar la transición a las energías renovables.
Es fundamental tomar medidas concretas para combatir el calentamiento global y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular las procedentes de los combustibles fósiles, los principales culpables del cambio climático. Si actuamos de manera proactiva hoy, podemos esperar mitigar los efectos devastadores de los fenómenos meteorológicos extremos causados por el cambio climático y proteger a las poblaciones vulnerables en la región de Níger y el lago Chad.