Fatshimétrie, 28 de octubre de 2024 – Cuatro personas enfrentan cargos de conspiración contra el gobierno y de no denuncia, y fueron interrogadas ante el Alto Tribunal Militar, en una sesión especial celebrada en la prisión de Ndolo, en Kinshasa. El general Kalala Kapuku, como juez presidente, ordenó este método de interrogatorio para esclarecer este asunto.
Los acusados, a saber, el coronel David Lusenge, el capitán Pascal Malungu de la Fuerza Naval, el mayor Emmanuel Muluango de la Fuerza Naval y Jacques Nzanzu, fueron interrogados sobre dos aspectos principales. El primer aspecto se refiere a los acontecimientos ocurridos a bordo del barco «Hengo» durante la misión de las FARDC a Kwamouth, bajo la dirección del oficial de inteligencia, coronel Mesmer Kakule, y del general Bruno Mandefu. El segundo aspecto se refería a su supuesta conexión con el presunto autor intelectual del complot, el coronel Mesmer Kakule.
Durante el interrogatorio, el mayor Muluango Emmanuel afirmó no conocer al coronel Mesmer Kakule, pero que se lo había presentado el capitán Pascal Malungu. También dijo que informó al almirante general de la Fuerza Naval y al general Mawa del servicio de inteligencia militar sobre el presunto complot. Por su parte, la Fiscalía intentó poner de relieve la complicidad del capitán Pascal Malungu con el coronel Mesmer Kakule, así como el supuesto papel financiero de Jacques Nzanzu en el complot.
En este caso, que involucra a 42 acusados, entre ellos 32 militares pertenecientes a una organización denominada «Colegio de Oficiales Generales de las FARDC», las acusaciones se refieren a la planificación de un derrocamiento del régimen constitucional mediante la organización de reuniones en un hotel de Kinshasa. El coronel Mesmer Kakule, considerado el principal instigador de esta conspiración, está prófugo.
Luego de estos interrogatorios, el Tribunal Superior aplazó la audiencia hasta el lunes 4 de noviembre de 2024 para continuar con la investigación de este complejo caso. Esta historia da testimonio de los problemas políticos y de seguridad que persisten en la República Democrática del Congo, destacando las luchas de poder y las intrigas que sacuden al país. La verdad, por inquietante que sea, debe revelarse para preservar la democracia y el orden constitucional.