En un trágico accidente ocurrido en el aeropuerto militar de Ndolo, en Kinshasa, perdieron la vida tres tripulantes de un helicóptero de las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC). El general Fae Ngama, comandante de la Fuerza Terrestre del Ejército Nacional, confirmó la tragedia y reveló que el piloto murió en el lugar mientras que otros dos miembros de la tripulación fallecieron en el Hospital HJ de Limete.
Imágenes cautivadoras muestran al servicio de bomberos de la Autoridad de Vías Aéreas de Ndolo (RVA) desplegando sus motores para controlar las llamas que emanan de los restos del helicóptero. Se está llevando a cabo una investigación detallada para dilucidar las circunstancias del accidente.
El lugar de este incidente recuerda un episodio oscuro de la historia, el trágico accidente del Antonov An-32B en enero de 1996. En aquel momento, el aeropuerto militar de Ndolo había sido escenario de una catástrofe que se saldó con la muerte de 237 personas. y más de 300 personas resultaron heridas, dejando sólo dos supervivientes.
Estos trágicos acontecimientos resaltan la importancia de la seguridad y la vigilancia de la aviación en todas las operaciones que involucran vuelos. Es fundamental que se tomen medidas estrictas para garantizar la seguridad de los vuelos y prevenir futuros accidentes.
Mientras el luto invade a los seres queridos de las víctimas de este reciente accidente, es imperativo que las autoridades competentes lleven a cabo una investigación exhaustiva para determinar las causas exactas de esta tragedia. Al honrar la memoria de las víctimas, es fundamental aprender lecciones de cada tragedia para evitar incidentes similares en el futuro.
Mantengámonos unidos en estos tiempos difíciles y aspiremos a un futuro en el que la seguridad aérea sea una prioridad absoluta, preservando así la vida y el bienestar de todos aquellos que utilizan las vías aéreas congoleñas.