Desde el estallido de la guerra de los seis días en Kisangani en 2000, una enorme cicatriz ha marcado para siempre a la población local. Miles de víctimas han visto su vida cotidiana trastornada por acontecimientos trágicos y pérdidas insuperables. Hoy, el Fondo Especial de Reparación e Indemnización para las Víctimas de Actividades Ilícitas en Uganda (Frivao) se ha embarcado en un paso crucial: reparar, en la medida de lo posible, el sufrimiento que soportan estas personas dañadas.
En Kisangani, un viento de esperanza sopla en las calles mientras Frivao entra en su fase final de tramitación de los expedientes de 3.163 víctimas certificadas. Cada nombre, cada expediente, representa una historia, una lucha, una lucha por la justicia y el reconocimiento. La coordinación interina de Frivao, a través de su comisión Ad hoc, está haciendo todo lo posible para garantizar que estas víctimas obtengan el consuelo y la reparación que les corresponde.
Se muestran las listas de las víctimas afectadas, invitándose a cada una de ellas a comparecer ante la comisión para regularizar sus expedientes. Se toman medidas cruciales para que el dolor dé paso gradualmente a la curación y reparación. A través de una comisión de certificación reforzada en términos de personal y competencias, Frivao se compromete a procesar los expedientes de forma diligente y humana.
El simbolismo de la compensación individual a las víctimas por parte del Presidente de la República, Félix Antoine Tshisekedi, resuena como un fuerte gesto a favor de la justicia y la memoria. 24 años después de los horrores de la guerra, se han dado pasos significativos hacia la rehabilitación de las víctimas, hacia el reconocimiento de su sufrimiento y su resiliencia.
A través de este enfoque, Frivao no sólo compensa a las víctimas, sino que contribuye a curar las heridas de una comunidad herida, a devolver la esperanza y la dignidad a quienes han perdido tanto. La compasión, la solidaridad y la reparación se convierten en pilares esenciales de esta empresa colectiva, inscritas en la dolorosa pero necesaria historia de Kisangani.
Así, Frivao encarna a través de sus acciones la esperanza de un futuro más justo y más unido para las víctimas de la guerra de los seis días en Kisangani. Cada caso procesado, cada víctima indemnizada, es una victoria de la dignidad sobre la violencia, de la reparación sobre las secuelas del pasado.