El panorama político chadiano está en crisis a finales de 2024, ya que se acerca rápidamente la fecha límite para presentar candidaturas para las elecciones legislativas y locales del 29 de diciembre. A pesar de las prórrogas concedidas, la falta de interés que generan estas elecciones preocupa a la sociedad civil. Las razones de esta falta de interés son múltiples, pero una de las principales parece ser el elevado importe del depósito a pagar por cada candidato.
De hecho, para presentar una lista a las elecciones municipales, un partido político debe pagar una suma importante, lo que puede constituir un obstáculo importante para muchos partidos. Esta disparidad entre el monto del depósito y el subsidio otorgado a los partidos políticos por el presidente plantea interrogantes sobre la democracia financiera en juego en este proceso electoral.
Tahir Hassan, relator general de la Agencia Nacional de Gestión Electoral, intenta tranquilizar afirmando que se han registrado candidaturas en todo el país. Sin embargo, el temor de que sólo el partido mayoritario, el MPS, pueda permitirse cubrir todo el territorio es muy real. Esta situación podría conducir a elecciones sin un verdadero debate democrático, afectando así la pluralidad de opiniones y la representatividad de las diferentes sensibilidades políticas.
La sociedad civil, representada por asociaciones como el Observador de las asociaciones sobre el proceso electoral en Chad (OAPET), expresa su preocupación por un posible desequilibrio en la competencia electoral. De hecho, si el MPS se encuentra sin un oponente serio en muchos distritos electorales, se corre el riesgo de empañar la imagen de unas elecciones justas y democráticas.
Ante esta situación, ciertos actores políticos han decidido tomar medidas radicales. El partido Les Transformateurs, liderado por el opositor Succès Masra, optó por boicotear las elecciones, al igual que la oposición llamada «radical» agrupada en el seno del GCAP. Estas decisiones suponen un desafío a la legitimidad del actual proceso electoral y subrayan la necesidad de una reforma profunda del sistema político chadiano.
En este tenso contexto, surge agudamente la cuestión de la participación ciudadana y la transparencia de las elecciones. Es crucial que las autoridades chadianas tengan en cuenta las preocupaciones legítimas de la sociedad civil y los actores políticos para garantizar elecciones libres, justas y equitativas. La cuestión va mucho más allá de la simple asignación de escaños; se trata de preservar los cimientos democráticos del Chad y construir un futuro político más inclusivo y representativo para todos los ciudadanos.