La batalla por el respeto a los muertos en Ndesha, Kananga: un grito de alarma contra el desorden urbano

El artículo destaca la alarmante situación en el cementerio municipal de la avenida Kamuandu en Ndesha, Kananga, en la República Democrática del Congo, donde el respeto a los muertos es violado por la construcción ilícita y la profanación de tumbas. El alcalde lanzó una ofensiva para restablecer el orden y el respeto en este lugar sagrado, ante el creciente desorden urbano. Se han emprendido acciones legales y ya se han llevado a cabo demoliciones de edificios irregulares, lo que revela la magnitud del problema y la necesidad de una intervención firme. Preservar la integridad de los cementerios es un deber moral hacia los difuntos y sus familiares, que requiere vigilancia y firmeza constantes para contrarrestar cualquier forma de invasión y profanación de estos espacios de memoria y contemplación.
Kananga, 5 de noviembre de 2024 – El municipio de Ndesha, situado en Kananga, en la provincia de Kasai Central en la República Democrática del Congo, es escenario de un preocupante choque entre el respeto a los muertos y el desorden urbano. De hecho, el cementerio municipal de la avenida Kamuandu se ha convertido en un lugar de tensiones crecientes, tras la invasión de este lugar de descanso eterno por construcciones ilícitas y profanación de tumbas.

El alcalde del municipio, Sr. André Longe Lomena, tomó la iniciativa de declarar la guerra a esta invasión. Deplora amargamente la destrucción de las tumbas, transformadas en lugares para guardar utensilios de cocina y ropa. Los ataúdes fueron apilados de manera vergonzosa, y algunas tumbas incluso fueron excavadas por individuos sin ley con fines de lucro.

La observación es alarmante: el cementerio de la avenida Kamuandu está ahora sumido en un desorden indescriptible, con ocupantes ilegales apoderándose de tierras sin ninguna legitimidad. Longe Lomena denuncia con vehemencia la presencia de una iglesia erigida en el corazón del cementerio, donde un particular se ha autoproclamado propietario de un terreno, distribuyendo parcelas de tierra como si fueran de su propiedad.

Ante esta situación intolerable, el alcalde decidió actuar. Se han lanzado advertencias a los usurpadores, se han emprendido acciones legales y ya se han producido demoliciones de edificios irregulares. El objetivo es claro: restablecer el orden y el respeto dentro de este lugar sagrado, aplicando rigurosamente la ley.

Esta operación pretende ser una fuerte señal enviada a los profanadores y al desorden urbano. En el cementerio de la avenida Kamuandu se han identificado más de medio centenar de parcelas ocupadas ilegalmente, lo que revela la magnitud del problema y la necesidad de una intervención firme de las autoridades.

También es deplorable la complicidad, denunciada por un actor de la sociedad civil, de algunos ex dirigentes de base y de servicios técnicos municipales en esta invasión del cementerio. Esta actitud demuestra un desprecio por las leyes y reglamentos vigentes para proteger los lugares de descanso de los fallecidos.

En conclusión, el saneamiento del cementerio de la avenida Kamuandu es más que una necesidad, es un deber moral hacia los difuntos y sus familias. La lucha contra la invasión de este lugar sagrado debe realizarse con determinación y rigor, a fin de restablecer el orden, el respeto y la dignidad que debe rodear cualquier espacio dedicado a la memoria de los desaparecidos.

Todos podemos contribuir a preservar la integridad de los cementerios respetando las reglas establecidas y garantizando que estos lugares sigan siendo lugares de contemplación y memoria, y no motivo de especulación o profanación..

En un mundo donde el caos urbano amenaza a menudo la tranquilidad de los espacios sagrados, es fundamental demostrar vigilancia y firmeza para preservar nuestro patrimonio cultural e histórico, así como el respeto debido a los difuntos y sus familias.

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