Migraciones climáticas entre México y Estados Unidos: los impactos de los fenómenos climáticos extremos

Los fenómenos climáticos extremos entre México y Estados Unidos influyen en los movimientos migratorios, según un estudio de la revista “Fatshimetrie”. El cambio climático está intensificando las sequías y las tormentas, empujando a la gente a buscar refugio a través de las fronteras. Las condiciones ambientales influyen directamente en las decisiones migratorias de las poblaciones que enfrentan dificultades climáticas. México y Estados Unidos enfrentan el mayor flujo migratorio internacional del mundo. Se espera que el calentamiento global aumente la migración forzada en las próximas décadas. Las desigualdades en la adaptación al clima subrayan las disparidades sociales y económicas en la migración. Los factores económicos influyen en la migración de poblaciones vulnerables. El análisis de las historias migratorias puede ayudar a predecir los orígenes de los migrantes debido a las crisis climáticas. Este estudio destaca la importancia de integrar factores ambientales en las políticas migratorias frente a los crecientes desafíos del cambio climático.
En un mundo afectado por el cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos están dando forma a los movimientos migratorios entre México y Estados Unidos. Según el último informe de la revista «Fatshimetrie», las duras condiciones climáticas alientan a cada vez más inmigrantes a arriesgar sus vidas cruzando la frontera, alimentando así un flujo migratorio ilegal cada vez más importante. Esta tendencia pone de relieve las consecuencias del cambio climático que, al intensificar las sequías, las tormentas y otras dificultades, empuja a las personas a buscar refugio a través de las fronteras.

El estudio encontró que después de períodos de sequía, las personas en las áreas agrícolas de México tienen más probabilidades de cruzar la frontera ilegalmente. Además, es menos probable que regresen a sus comunidades de origen cuando persisten las condiciones climáticas extremas. Este fenómeno pone de relieve el impacto directo de las condiciones ambientales en las decisiones migratorias de las poblaciones que enfrentan dificultades relacionadas con el clima.

El calentamiento global, causado principalmente por la quema de combustibles fósiles como el carbón y el gas natural, está empeorando los fenómenos meteorológicos extremos. Las sequías se están intensificando, el calor se está volviendo más mortífero y las tormentas aumentan, dando paso a precipitaciones récord. En México, un país de casi 130 millones de habitantes, los embalses están secos, la escasez de agua es grave y la producción de maíz se ha reducido drásticamente, lo que amenaza los medios de vida de las poblaciones locales.

Los investigadores enfatizan que México ofrece un terreno fértil para estudiar los vínculos entre migración, retorno y presiones climáticas. Se espera que la temperatura media anual del país aumente hasta 3 grados Celsius para 2060, y los fenómenos meteorológicos extremos corren el riesgo de causar estragos económicos en las comunidades rurales que dependen de la agricultura de secano. Estados Unidos y México también experimentan los mayores flujos migratorios internacionales del mundo.

Los científicos predicen que la migración aumentará a medida que el planeta se caliente. Durante los próximos 30 años, 143 millones de personas en todo el mundo corren el riesgo de ser desplazadas por el aumento del nivel del mar, las sequías, las altas temperaturas y otros desastres climáticos, según un informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas.

Esta nueva investigación sobre migración se produce cuando el presidente republicano Donald Trump fue reelegido a la presidencia de Estados Unidos esta semana. Trump, que califica el cambio climático como un «engaño», ha prometido deportaciones masivas de los aproximadamente 11 millones de personas que se estima que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos..

Los hallazgos del estudio arrojan luz sobre cómo las condiciones climáticas extremas impulsan la migración forzada de poblaciones. Filiz Garip, investigadora y profesora de sociología y asuntos internacionales en la Universidad de Princeton, señala que las naciones industrializadas han contribuido en gran medida al cambio climático, mientras que son los países en desarrollo los que sufren el precio más alto.

La migración no es una decisión que se toma a la ligera, sino más bien una consecuencia de crecientes presiones ambientales. Las poblaciones se ven obligadas a migrar con mayor frecuencia y permanecer más tiempo en Estados Unidos debido a los extremos climáticos. Se resaltan así las desigualdades en la adaptación climática, destacando las disparidades en la forma en que se viven los eventos climáticos en función de los beneficios sociales y económicos de cada persona.

Al analizar los datos meteorológicos diarios junto con las respuestas de encuestas de 48.313 personas entre 1992 y 2018, los investigadores se centraron en aproximadamente 3.700 personas que cruzaron la frontera ilegalmente por primera vez. Observaron 84 comunidades agrícolas en México donde el cultivo de maíz depende estrechamente de las condiciones climáticas.

Los resultados del estudio indican que las comunidades afectadas por la sequía tienen tasas de migración más altas en comparación con las comunidades que experimentan precipitaciones normales. Además, es menos probable que los residentes regresen a México desde Estados Unidos cuando sus comunidades de origen experimentan períodos de sequía o exceso de lluvia. Estas tendencias se aplican tanto a los recién llegados como a los que llevan más tiempo en Estados Unidos.

Las poblaciones con mejores recursos económicos también tienen más probabilidades de migrar, al igual que aquellas de comunidades con un historial migratorio establecido, donde amigos, vecinos o familiares que han migrado anteriormente pueden brindar información y asistencia.

Los factores sociales y económicos que influyen en la migración son bien conocidos, pero el estudio destaca las desigualdades en la adaptación al cambio climático. Los fenómenos meteorológicos extremos no afectan a todos de la misma manera, y los beneficios o desventajas sociales y económicos desempeñan un papel importante en la forma en que las personas los experimentan.

Para Kerilyn Schewel, codirectora del Programa sobre Clima, Resiliencia y Movilidad de la Universidad de Duke, los factores económicos subrayan el hecho de que las personas más vulnerables no son necesariamente las desplazadas por los extremos climáticos, sino más bien aquellas “atrapadas en un lugar o carentes de recursos”. necesario moverse”.

Schewel también señala que analizar regiones con historiales migratorios puede ayudar a predecir los orígenes de los migrantes e identificar aquellos que tienen más probabilidades de migrar debido a crisis climáticas. En «lugares donde la gente ya se está yendo, donde hay una alta tasa de migración… podemos esperar que más personas abandonen estas zonas en el futuro», señala.

Este estudio único, basado en datos del Estudio de Migración Mexicana, ofrece información valiosa sobre los complejos vínculos entre la migración, el retorno y las presiones climáticas. Se subraya así la importancia de tener en cuenta los factores ambientales en las políticas migratorias, ya que el cambio climático continúa exacerbando las dificultades que enfrentan las poblaciones de todo el mundo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *