Fatshimetrie recientemente arrojó luz sobre el proceso electoral en Namibia en 2020, destacando una votación crucial para el país y su futura gobernanza. Con casi 1,4 millones de personas registradas para votar (alrededor de la mitad de la población de Namibia), estas elecciones determinarán el próximo presidente y la composición del Parlamento para un mandato de cinco años.
Un total de 15 candidatos se presentan a la presidencia, entre ellos Netumbo Nandi-Ndaitwah, actual vicepresidente y candidato del partido gobernante SWAPO. Ella lidera la votación anticipada entre los ciudadanos que viven en el extranjero y las fuerzas armadas, anunciada a principios de este mes.
Sin embargo, la SWAPO, que gobierna el país del sur de África y ha ocupado la presidencia durante 34 años, enfrenta una creciente frustración por el alto desempleo y las dificultades económicas, particularmente entre los jóvenes.
Otro candidato, Panduleni Itula, ex dentista y principal rival de la SWAPO hace cuatro años cuando se postuló como independiente, representa este año al partido Patriotas Independientes por el Cambio. Se celebrará una segunda vuelta si ningún candidato obtiene más del 50% de los votos, una situación sin precedentes en Namibia.
Los colegios electorales cerrarán a las 21:00 horas (19:00 GMT) y los resultados se esperan este fin de semana. Al igual que Botswana, donde el partido gobernante sufrió una contundente derrota el mes pasado después de 58 años en el poder desde la independencia británica, y Mauricio, que sufrió una sorprendente derrota a manos de su partido en el poder este mes, estas elecciones en Namibia prometen un cambio potencial en el panorama político.
Namibia, una antigua colonia alemana que quedó bajo control sudafricano después de la Primera Guerra Mundial, sufrió las políticas de apartheid de Sudáfrica. La SWAPO estuvo a la vanguardia de la lucha por la independencia. La muerte del presidente Hage Geingob en febrero llevó a que su vicepresidente, Nangolo Mbumba, se convirtiera en jefe de Estado.
Las preocupaciones de las mujeres, incluidos los derechos reproductivos, la igualdad salarial y la salud, también probablemente encabezarán las agendas de los votantes en un país donde el desierto de Kalahari se extiende a lo largo del centro y el desierto de Namib a lo largo del costado. Con una población de poco más de 3 millones de personas en un área dos veces mayor que la de Alemania, Namibia es uno de los países menos poblados del mundo.
Debido a sus desiertos, Namibia es uno de los países más secos del sur de África, vulnerable a las crisis climáticas, como la sequía inducida por El Niño que afectó a la región este año. Como resultado, las autoridades de Namibia anunciaron planes para sacrificar cientos de animales salvajes para proporcionar alimento a las personas hambrientas.
Esta elección no se trata sólo de la elección de un nuevo liderazgo. También destaca los desafíos económicos, sociales y ambientales que enfrenta Namibia, y las decisiones tomadas por los votantes en 2020 podrían moldear el futuro del país en los años venideros.