Las noticias recientes de Bukavu destacan un problema urgente y persistente: la violencia de género (VG). Al comenzar los 16 días de activismo contra la violencia contra las mujeres y las niñas, es fundamental enfatizar que esta campaña no solo concierne a las mujeres y las niñas, sino también a los niños, los hombres adultos y las autoridades. Así lo señala Armelle Katembera, responsable de género del Collectif 2250, con sede en Bukavu.
En una intervención en Radio Okapi, Armelle Katembera destaca una realidad preocupante: los derechos de las mujeres son a menudo violados, especialmente en las escuelas y universidades de Bukavu. Ante esta alarmante observación, pide una movilización general a favor de la lucha contra la violencia de género.
El objetivo de esta campaña va más allá del simple marco de 16 días de activismo. Se trata de concienciar a toda la comunidad de la importancia de luchar contra la violencia de género a lo largo de su vida. Esto implica educar a los niños y a las generaciones más jóvenes para que respeten los derechos de las mujeres y las niñas.
La situación en Bukavu demuestra una urgente necesidad de cambio y conciencia colectiva. Las mujeres y las niñas ya no deben ser víctimas de la violencia y la discriminación. Es hora de actuar juntos para construir una sociedad más justa e igualitaria, donde todos puedan prosperar con total seguridad.
Ante estas cuestiones cruciales, es esencial que todos se sientan preocupados e involucrados. Las autoridades, las escuelas, las familias, pero también toda la población deben unirse para poner fin a la violencia de género y establecer un clima de respeto e igualdad.
El camino hacia una sociedad libre de violencia de género es largo, pero es imprescindible recorrerlo juntas, con determinación y solidaridad. Los 16 días de activismo son sólo un paso, entre muchos otros, hacia un mundo mejor para todos. Es hora de transformar los discursos en acciones concretas, de hacer escuchar las voces de quienes luchan diariamente por sus derechos y su dignidad. Bukavu, como tantas otras ciudades del mundo, merece ser un lugar donde todos puedan vivir en seguridad y libertad, sin temor a la violencia o la discriminación.