En este año 1924, la ciudad de Douarnenez, en Bretaña, resuena con los cantos de la revuelta obrera. Un movimiento social de escala sin precedentes está sacudiendo las fábricas de conservas de sardina, movilizando a cientos de trabajadores, en su mayoría mujeres, en una lucha por mejores condiciones laborales y salarios justos. Es en este contexto de posguerra, marcado por una inflación galopante y duras condiciones laborales, que los trabajadores de las fábricas de conservas se levantaron contra la explotación y la injusticia salarial.
La fábrica Carnaud, fabricante de latas para las fábricas de sardinas, es el punto de partida de esta revuelta. Un centenar de trabajadores y unos cuarenta hombres se declaran en huelga para obtener un aumento salarial de 20 céntimos. En aquella época, los trabajadores ganaban sólo 0,80 francos la hora, una miseria en comparación con las duras condiciones laborales que soportaban a diario. Trabajando en el frío, manipulando agua hirviendo y sometidas a ritmos agotadores, estas mujeres enfrentan condiciones inhumanas.
La protesta se extendió rápidamente por Douarnenez, paralizando las 21 conserveras de sardinas de la ciudad. Los pescadores se sumaron al movimiento, fortaleciendo la lucha de los trabajadores. Animado por el apoyo del alcalde comunista y la presencia de activistas sindicales, el movimiento ganó poder y determinación. La Confederación General del Trabajo Unitario (CGTU) envió refuerzos, convirtiendo esta huelga en un símbolo de la lucha obrera a escala nacional.
Ante la intransigencia patronal, la huelga de la sardina se convirtió en un tema político importante. Las demandas de los trabajadores tienen eco en todo el país, lo que obliga a las autoridades a tomar medidas para salir de la crisis. A pesar de los intentos de mediación, las negociaciones fracasaron y la huelga continuó durante 46 días, poniendo de relieve las flagrantes injusticias del sistema laboral de la época.
Más allá de las demandas salariales, la huelga de la sardina de Douarnenez marca un punto de inflexión en la historia social de Bretaña. Da testimonio del coraje y la determinación de los trabajadores frente a la explotación y la opresión. Esta lucha por la dignidad y el reconocimiento de los derechos de los trabajadores será recordada, recordando la importancia de la solidaridad y la movilización colectiva para hacer valer las aspiraciones de la clase trabajadora.