COP29: Crecientes tensiones sobre la financiación climática

La COP29 en Bakú terminó con tensiones vinculadas al financiamiento climático entre países ricos y en desarrollo. Los países ricos ofrecen 250 mil millones al año, cifra considerada insuficiente por los países en desarrollo que exigen entre 500 y 1.300 mil millones al año. Los debates siguen siendo difíciles sobre este punto crucial. También surgieron diferencias políticas, incluidas tensiones entre Azerbaiyán y Francia. Se subraya la necesidad de un acuerdo justo y ambicioso para abordar la emergencia climática.
La COP29, que se celebró en Bakú, Azerbaiyán, cerró sus trabajos con una observación de amargura y tensiones crecientes. En el centro de los debates, la cuestión crucial de la financiación de la acción climática en los países en desarrollo ha cristalizado las disputas entre los países ricos y los países en desarrollo.

Durante la conferencia, los países ricos propusieron una cantidad de 250 mil millones de dólares al año para apoyar las acciones climáticas en los países en desarrollo hasta 2035. Una propuesta considerada insuficiente e «inaceptable» por muchos actores, en particular los países en desarrollo que necesitan entre 500 y 1,3 billones de dólares por año. año.

Esta divergencia en la financiación pone de relieve las dificultades para encontrar un consenso entre las diferentes partes interesadas. Mientras los países ricos quieren aumentar la proporción de financiamiento privado, los países en desarrollo insisten en la necesidad de un mayor apoyo financiero para ayudarlos a enfrentar los desafíos del cambio climático.

El texto final del acuerdo sobre financiación climática prevé que los países ricos podrán movilizar diversas fuentes de financiación, tanto públicas como privadas, pero sigue siendo vago en cuanto a los términos precisos de esta contribución. Se mencionan posibles impuestos globales a los más ricos, la aviación o el transporte marítimo, pero estas propuestas quedan por aclarar y validar.

La reacción de los países en desarrollo, en particular del grupo africano, fue firme, denunciando una cantidad “inaceptable” que comprometería la implementación del acuerdo de París. Las discusiones continúan, las consultas están aumentando, pero parece difícil alcanzar un consenso sobre esta cuestión crucial de la financiación climática.

Más allá de las cuestiones financieras, la COP29 también estuvo marcada por tensiones políticas, en particular con la postura adoptada por Ilham Aliev, presidente de Azerbaiyán, contra Francia, que provocó reacciones diplomáticas. Además, la detención de activistas medioambientales en Azerbaiyán ha provocado críticas de la sociedad civil.

En este tenso contexto, la necesidad de un acuerdo ambicioso y justo es cada vez más apremiante. Las negociaciones continúan, las posiciones se están endureciendo, pero la emergencia climática requiere una acción colectiva y decisiva. La COP29 seguirá marcada por estos intensos debates y estas cuestiones cruciales para el futuro de nuestro planeta.

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