**La cuestión candente de la justicia climática para los países africanos: promoción de un cambio de paradigma**
Durante décadas, los países africanos han sido los más afectados por las consecuencias del cambio climático, un fenómeno al que sólo han contribuido marginalmente. Hoy, en la conferencia climática COP29 en Bakú, Azerbaiyán, Fadhel Kaboub, asesor principal del grupo de expertos Power Shift Africa, aboga enérgicamente por un enfoque radicalmente diferente para el financiamiento y el desarrollo climático, destacando la necesidad de subsidios y cancelación de deuda para los países africanos.
La observación es clara: los países del Norte han superado con creces su presupuesto de carbono, acumulando así una importante deuda climática con las naciones africanas. Esta deuda se traduce en daños considerables causados por las emisiones de dióxido de carbono, sin compensación alguna.
Kaboub denuncia con vehemencia el actual modelo de financiación climática, que impone acuerdos y préstamos a los países africanos en condiciones a menudo consideradas injustas. El concepto de deuda climática es profundamente injusto: los países africanos se ven obligados a pagar las consecuencias de un fenómeno que ellos no provocaron.
Para abordar esta flagrante injusticia, Kaboub aboga por una transferencia de tecnologías vitales para fortalecer la resiliencia frente al cambio climático. Destaca la importancia de promover las energías renovables, los métodos de cocina limpios y la infraestructura de transporte ecológico para construir bases sólidas de resistencia a los efectos nocivos del clima.
Si bien las negociaciones de la COP29 parecen estar estancadas, centrándose en los mecanismos del mercado de carbono, Kaboub advierte contra los efectos perversos de estos sistemas. Tomando como ejemplo los bosques de Kenia, denuncia el fenómeno resultante del «colonialismo verde», en el que las poblaciones locales son expulsadas de sus tierras ancestrales para satisfacer las necesidades de los países más contaminantes.
Para que las actuales negociaciones sobre el clima den como resultado un progreso significativo para África, Kaboub enfatiza la importancia de una voz africana unida y decidida. Invita a los países del continente a solidarizarse con otros bloques y defender firmemente sus derechos, recordando que la financiación climática no es caridad sino un imperativo de justicia.
En conclusión, la petición de Fadhel Kaboub resuena como un vibrante llamado a un cambio de paradigma en el campo del financiamiento climático. África, que durante mucho tiempo ha soportado el peso de las consecuencias del cambio climático sin ser responsable de él, merece una respuesta justa y equitativa de la comunidad internacional. Ya es hora de pasar de una lógica de deuda a una lógica de solidaridad, colocando la justicia climática para todos en el centro del debate.