La selección de la República Democrática del Congo, dirigida por el seleccionador Sébastien Désarbre, sufrió una amarga derrota en casa contra Etiopía en las eliminatorias de la CAN 2025. Una decepción palpable reinó en el Estadio de los Mártires de Kinshasa tras el pitido final, que marcó la victoria de la selección etíope con un gol. marcador de 2-1.
Durante la rueda de prensa posterior al encuentro, el seleccionador nacional reconoció su responsabilidad en este inesperado revés. «Es una decepción perder en casa. Creo que tengo la culpa porque roté mucho el equipo», dijo. De hecho, Désarbre había tomado la decisión de dar una oportunidad a ciertos jugadores menos experimentados dentro de la selección nacional, para ofrecerles la oportunidad de brillar ante su público.
A pesar de que la RDC ya tenía asegurada la clasificación para la fase final de la CAN 2025, esta derrota suscitó profundos cuestionamientos en el grupo. El técnico pidió la movilización y la perseverancia de todos. “Todos deben poder cuestionarse, tanto los jugadores como yo. Hay que mantener la frente en alto y seguir trabajando”, subrayó.
Esta derrota es un recordatorio conmovedor de los desafíos que debe afrontar la selección nacional para alcanzar el más alto nivel continental. La reacción de Sébastien Désarbre y sus jugadores ante esta decepción será decisiva para el futuro del fútbol congoleño. Es innegable que serán necesarios ajustes, tanto tácticos como mentales, para esperar actuaciones convincentes en los próximos eventos internacionales.
Más allá de la simple derrota, este encuentro puso de relieve los problemas y exigencias del fútbol de alto nivel. Las lecciones aprendidas de esta experiencia serán cruciales para forjar un equipo más fuerte y resiliente. Así pues, la decepción actual bien podría ser el catalizador de un renacimiento más glorioso de los Leopardos de la República Democrática del Congo.