Fatshimetria
El sector del turismo y de la protección de la vida silvestre en la República Democrática del Congo experimentará una importante transformación con el anuncio del Ministro nacional de Turismo, Didier M’pambia, sobre la transformación y reubicación del Jardín Zoológico de Kinshasa. Esta decisión, anunciada durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo de comunicación y medios de comunicación, provocó opiniones divididas entre la población de Kinshasa.
Los argumentos a favor de esta reubicación resuenan entre muchos residentes de Kinshasa, que creen que el jardín zoológico debería estar ubicado en un entorno aislado de la ciudad. De hecho, la presencia de especies animales peligrosas que probablemente escapen y provoquen incidentes es una gran preocupación. Jacques Mawete, vecino de la capital, subraya la necesidad de colocar a estos animales en un espacio seguro y alejado de la población para evitar cualquier riesgo potencial.
Sin embargo, algunos residentes en los alrededores actuales del zoológico están expresando su oposición a esta iniciativa transformadora, argumentando que primero se deben abordar otras prioridades. Para ellos, la transformación en un mercado informal se debe a la necesidad de los vendedores de encontrar un lugar donde desarrollar su actividad debido a las obras de remodelación que se realizan en el gran mercado. Yazi Mayala destaca que liberar este espacio una vez finalizadas las obras permitiría recuperar su uso inicial.
La propuesta de trasladarse al lugar de N’sele, donde en tiempos del mariscal Mobutu existió un jardín zoológico más espacioso, fue defendida por el Ministro de Turismo. Didier M’pambia subraya la importancia de la colaboración entre varios ministerios, incluidos los de Defensa Nacional y Medio Ambiente, así como actores conservacionistas como el Cuerpo de Protección de los Parques Nacionales (PPN) para llevar a buen puerto este proyecto.
Por lo tanto, este anuncio marca el comienzo de una nueva era para el Jardín Zoológico de Kinshasa, con desafíos que enfrentar tanto en términos de preservación de la vida silvestre como de desarrollo sostenible. La población de Kinshasa, testigo de esta transformación, está a la espera de ver cómo se materializará esta iniciativa y cuál será su impacto en el turismo y la conservación de la biodiversidad en la capital congoleña.