La transición ecológica de los hospitales sudafricanos hacia un futuro sostenible

La transición hacia prácticas sanitarias sostenibles en Sudáfrica es crucial para combatir la crisis climática y proteger la salud de las personas. Los hospitales sudafricanos se enfrentan a grandes desafíos en lo que respecta a la huella de carbono, la gestión de residuos y el consumo de energía. Es fundamental integrar medidas como la reutilización de dispositivos médicos y la construcción de hospitales ecológicos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar un medio ambiente saludable para las generaciones futuras.
**La transición ecológica de los hospitales sudafricanos: un desafío para salvar el planeta y la salud**

La crisis climática que estamos viviendo requiere una acción rápida y significativa en todos los sectores, incluido el de la salud. Los trabajadores de la salud en Sudáfrica enfrentan obstáculos en su búsqueda de prácticas alternativas y respetuosas con el medio ambiente para administrar hospitales y tratar los desechos. De hecho, casi el 5% de las emisiones mundiales de carbono provienen del sector de la salud, lo que tiene consecuencias nocivas para el medio ambiente y la salud pública.

En el reciente lanzamiento de un informe en la COP29, la conferencia anual de la ONU sobre el cambio climático, se destacó que se necesita financiación urgente para abordar los efectos devastadores del cambio climático en la salud de las personas. Como Sudáfrica aún no es miembro de la Alianza para la Acción Transformadora sobre el Clima y la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es crucial que el país implemente medidas para hacer que sus servicios de salud sean más respetuosos con el medio ambiente.

Según Azeeza Rangunwala, coordinadora africana de Hospitales Verdes y Saludables Globales, los hospitales contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular a través de su consumo de electricidad, el transporte de pacientes y suministros, así como la gestión de residuos. La generación de electricidad a partir de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo libera dióxido de carbono a la atmósfera, lo que contribuye al calentamiento global.

De hecho, la temperatura del aire ha aumentado 1,45°C respecto a hace unos 150 años, superando así los límites establecidos por el Acuerdo de París. Las regulaciones actuales en Sudáfrica limitan las oportunidades de innovación y reducción de la huella de carbono de los hospitales. Por ejemplo, las directrices estrictas sobre el uso de productos sanitarios modernos obstaculizan las iniciativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los hospitales.

La gestión de residuos médicos constituye un tema importante en términos de impacto ambiental. Las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los residuos hospitalarios se deben al transporte de residuos a larga distancia y su incineración, que requiere el uso de camiones propulsados ​​por diésel. Además, el desperdicio de alimentos en los hospitales también contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, empeorando la huella de carbono del sector de la salud.

Ante estos desafíos, es urgente que Sudáfrica reconsidere sus políticas de salud para integrar prácticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.. Fomentar la reutilización de dispositivos médicos, como propugna el Dr. John Lazarus, y promover la construcción de hospitales verdes equipados con fuentes de energía renovables son medidas clave para reducir la huella de carbono del sector sanitario.

En conclusión, la transición hacia prácticas sanitarias más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente es esencial para combatir la crisis climática y proteger la salud de las personas. En Sudáfrica, como en otras partes del mundo, es hora de actuar para preservar nuestro planeta y garantizar un futuro saludable para las generaciones futuras.

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