La economía es una prioridad para los votantes a medida que se intensifica la carrera por la Casa Blanca entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump. Sus visiones divergentes sobre la gestión de la economía estadounidense ofrecen un contraste sorprendente.
Kamala Harris dio a conocer recientemente un paquete de propuestas económicas centradas en mayores créditos fiscales por hijos, asistencia para la vivienda y medidas contra la especulación de precios. Ella describe su programa como una “economía de oportunidades” donde los estadounidenses realmente podrían prosperar. Por el contrario, Trump enfatiza la reducción inmediata de los precios para hacer frente a la inflación, critica duramente a la administración Biden-Harris y acusa a Harris de querer introducir «controles de precios comunistas».
Sin embargo, la realidad es que la capacidad de un presidente para influir en los precios es limitada, dado que es la Reserva Federal la que fija las tasas de interés. Además, la mayoría de las propuestas de los dos candidatos requerirían la aprobación del Congreso, sin que se explique claramente la cuestión de la financiación. Harris sugiere hacer que los estadounidenses ricos y las empresas contribuyan más para financiar su ambiciosa agenda.
Una mirada de cerca a los planes económicos de Harris y Trump revela similitudes y divergencias notables. Ambos candidatos proponen eliminar los impuestos federales a las propinas, una medida que beneficiaría a los trabajadores de las industrias hotelera y de servicios. Harris planea eliminar los impuestos sobre la renta sobre las propinas, mientras que Trump va más allá al proponer abolir los impuestos sobre la renta y sobre la nómina sobre las propinas. Esta medida tendría un impacto financiero significativo y requeriría la aprobación del Congreso.
Además, Trump busca alivio para las personas mayores al proponer eliminar los impuestos sobre los beneficios del Seguro Social. Esta medida tiene como objetivo proteger a los beneficiarios cuyos ingresos están por debajo de ciertos umbrales, pero genera preocupación sobre su impacto en los fondos de pensiones y el presupuesto federal.
En última instancia, los votantes se enfrentan a una elección crucial entre dos visiones económicas radicalmente diferentes. Las propuestas de Harris enfatizan la justicia y las oportunidades, mientras que Trump promete medidas más inmediatas para aliviar a los estadounidenses de la inflación. Esta campaña electoral seguirá marcada por intensos debates y cuestiones económicas cruciales para el futuro del país. ¿Qué decidirán los ciudadanos estadounidenses cuando voten? La respuesta no tardará en revelarse en las urnas el día de la votación.