Las recientes acciones del Departamento de Educación de Gauteng que resultaron en la suspensión de la venta de alimentos en las escuelas y sus alrededores debido a casos de contaminación alimentaria en la región, particularmente en Soweto, han provocado fuertes reacciones de los comerciantes y sus organizaciones, que califican estas medidas de injustas e ilegales. .
Anunciada el 8 de noviembre, esta suspensión inmediata estuvo motivada por “el reciente y alarmante aumento de casos de enfermedades relacionadas con la alimentación que afectan a los estudiantes de varias escuelas de la provincia”, según el departamento.
Aunque estas medidas parecen tomarse en interés de la salud y la seguridad de los niños, como exige la ley, algunas organizaciones como la Federación de Organismos de Gestión Escolar de Sudáfrica (Fedsas) han cuestionado esta decisión, diciendo que el departamento de educación lo hizo. No tengo la autoridad para ordenar a las escuelas que suspendan la venta de alimentos.
Según Fedsas, la decisión del departamento está fuera de su competencia legal y no resuelve el problema principal, que surge de incidentes ocurridos fuera del recinto escolar y que requieren atención urgente por parte del departamento de salud y de las autoridades locales.
Asociaciones de comerciantes, como la Alianza Sudafricana de Comerciantes Informales (Saita), también han expresado su descontento y calificaron la prohibición de injusta e inaceptable.
Uno de sus representantes destacó que esta medida podría tener importantes consecuencias económicas para los pequeños comerciantes que ya enfrentan un alto desempleo en Sudáfrica. En lugar de atacar directamente a los vendedores, las autoridades deberían aprender de las lecciones aprendidas en crisis alimentarias anteriores, como el brote de listeriosis, apuntando directamente a los fabricantes responsables de la contaminación.
Más allá de esta controversia, es crucial implementar medidas de control estrictas y efectivas para garantizar la seguridad alimentaria de los estudiantes y al mismo tiempo apoyar a los pequeños comerciantes que dependen de esta actividad para su sustento.
En última instancia, parece necesario un enfoque más matizado y equilibrado para abordar eficazmente esta compleja cuestión, garantizando que se proteja la salud de los niños y manteniendo al mismo tiempo un equilibrio entre los intereses económicos de los comerciantes y los requisitos sanitarios.