El caótico backstage de la COP29 en Bakú: un circo de política fósil y lobby

El artículo destaca el impacto del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en las negociaciones de la COP29 en Bakú, convirtiendo el evento en una farsa de discursos políticos y celebraciones de los combustibles fósiles. Los líderes climáticos mundiales han pedido una reforma del proceso climático de las Naciones Unidas debido al caos. La presencia masiva de lobistas de los combustibles fósiles genera críticas sobre la credibilidad de las conversaciones. Las tensiones geopolíticas, los desacuerdos sobre el Acuerdo de París y las deserciones de delegaciones como la de Argentina se suman a la incertidumbre y a la necesidad de una acción colectiva ante la emergencia climática.
Por supuesto, aquí hay un artículo fascinante que profundiza en el corazón de las cuestiones en juego en las negociaciones de la COP29 en Bakú.

Desde la conclusión de las elecciones estadounidenses, los defensores del clima ya anticipaban el impacto negativo que la administración Trump tendría en las conversaciones de la COP29 en Bakú. Sin embargo, lo que ocurrió dentro del evento, bajo el liderazgo del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, superó todas las expectativas.

Lo que debería haber sido una de las reuniones más urgentes del año, destinada a frenar una crisis global que empeora rápidamente, se ha convertido en un circo de boicots, discursos políticos y celebraciones de los combustibles fósiles. Aliyev se consagró como el espectacular maestro de ceremonias de esta mascarada.

Ante este caos, los líderes climáticos mundiales publicaron el viernes pasado una carta abierta pidiendo una «revisión fundamental» de todo el proceso climático de las Naciones Unidas. La carta, escrita originalmente para declarar que las conversaciones anuales, conocidas como Conferencias de las Partes (COP), «ya no eran adecuadas para su propósito», tuvo que ser enmendada apresuradamente.

Según un portavoz de Sandrine Dixson-Declève, copresidenta del Club de Roma – organización que publicó la carta – esta corrección se produjo porque algunas partes utilizaron las críticas constructivas de los autores para servir a sus propios intereses durante las conversaciones. aunque estos partidos no son nombrados.

A pesar de esta modificación, es indiscutible que estas conversaciones están perdiendo credibilidad.

Esta COP29 marca el tercer año consecutivo en que se llevan a cabo conversaciones sobre el clima en un petroestado o una economía muy dependiente del petróleo y el gas. Las dos ediciones anteriores tuvieron lugar en Emiratos Árabes Unidos y Egipto, y las tres fueron criticadas por presuntas violaciones de derechos humanos antes de sus respectivos eventos.

Una de las recomendaciones de la carta abierta es establecer «criterios de elegibilidad estrictos para excluir a los países que no apoyan el abandono/transición de los combustibles fósiles» de la presidencia de las COP.

Estas conferencias anuales acogen cada vez más los intereses de los combustibles fósiles. Este año, más de 1.700 cabilderos o actores de la industria de los combustibles fósiles se registraron para asistir a las conversaciones, según un análisis de una coalición de grupos llamada Kick Big Polluters Out.

Alex Scott, asociado principal en diplomacia climática del grupo de expertos ECCO, con sede en Italia, señala que el presidente azerbaiyano «no parece ser el guardián del Acuerdo de París». «Aún queda una semana para que esta presidencia demuestre que está cumpliendo este papel», dijo a CNN desde Bakú. El Acuerdo de París de 2015 une a la mayoría de los países del mundo en un objetivo común de limitar el calentamiento global..

Sin embargo, con 1.700 lobbystas de los combustibles fósiles deambulando por los pasillos, añadió, «tampoco son los guardianes de los objetivos del Acuerdo de París».

El discurso de Aliyev durante las conversaciones generó polémica, llegando incluso a acusar a Francia y los Países Bajos de «represión brutal». Estas acusaciones, basadas en argumentos vinculados al cambio climático, surgen de las tensiones entre Bakú, Francia y Países Bajos, vinculadas al conflicto territorial entre Azerbaiyán y Armenia.

La cacofonía geopolítica se produce cuando los líderes climáticos mundiales buscan formas de proteger los logros obtenidos de los impactos de la administración Trump, que ha prometido retirar una vez más a Estados Unidos del Acuerdo de París.

Esta incertidumbre en torno a la posición de Estados Unidos ya ha alentado a otros líderes a reconsiderar sus propios compromisos climáticos. La Cancillería argentina retiró así su delegación de la COP29 sin explicación alguna, sugiriendo que se estaba considerando una salida del Acuerdo de París. Su presidente, Javier Milei, es un escéptico climático que describe el calentamiento global como “manipulación socialista”.

Las conversaciones de la COP29 tienen lugar en un contexto crucial para el planeta, cuando las cuestiones climáticas están demostrando estar en el centro de acalorados debates y tensiones geopolíticas. Se ha vuelto imperativo que las naciones de todo el mundo superen sus diferencias y unan fuerzas para abordar la emergencia climática que enfrentamos.

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