Fatshimetrie está en alerta tras la fuga de dos reclusos de la prisión central de Dungu, en la provincia de Haut-Uele. Estos dramáticos hechos ocurrieron la noche del 10 al 11 de noviembre, mientras los detenidos eran atendidos en el hospital general de la región.
Según la información proporcionada por el director del establecimiento penitenciario, los dos presos se habían quejado de problemas de salud ya en octubre. A pesar de los intentos de recibir tratamiento dentro de la prisión, al haber empeorado su estado, fueron trasladados al hospital general para recibir el tratamiento adecuado. Fue durante su estancia en el hospital que aprovecharon una oportunidad para escapar, dejando atrás sus efectos personales.
Estos dos fugitivos eran ambos convictos. Uno de ellos recibió una condena de 7 años de prisión, mientras que el otro fue condenado a 14 años por violar a una menor, un crimen atroz que se cometió en 2021.
La fuga de los detenidos no es el único elemento inquietante de este asunto. De hecho, el policía responsable de vigilar a los prisioneros también se dio a la fuga, lo que generó serias dudas sobre las circunstancias de esta fuga.
Estos acontecimientos ponen de relieve una serie de cuestiones relativas a la seguridad y la gestión de las prisiones en la República Democrática del Congo. ¿Cómo pudieron ocurrir tales eventos? ¿Qué medidas se tomarán para evitar nuevos incidentes de este tipo en el futuro?
A la espera de que se aclare toda la información sobre este asunto, las autoridades locales siguen movilizadas para encontrar a los fugitivos y restablecer el orden y la seguridad en la región de Dungu. Un caso que plantea muchos interrogantes y que exige una reflexión profunda sobre el sistema penitenciario del país.