En el reciente informe del Banco Europeo de Inversiones (BEI), titulado “Finanzas en África: desbloquear la inversión en una era de transformación digital y transición climática”, se sacaron a la luz revelaciones sorprendentes sobre la cartera bancaria de deuda pública de los países de África Central. Se observó un aumento significativo, pasando del 2,6% en 2010 al 24% en 2023. Este aumento puede resultar preocupante para la salud financiera de la región.
Un análisis en profundidad de la situación bancaria revela que las tenencias de deuda soberana interna de los bancos africanos están aumentando y ahora representan el 17,5% de sus carteras. Esta tendencia, aunque beneficiosa en términos de estabilidad, crea no obstante un desequilibrio al limitar la dotación asignada a los préstamos al sector privado.
Es especialmente preocupante la caída del crédito bancario concedido al sector privado, del 42% en 2010 al 38% en 2023. De hecho, a pesar de la creciente demanda de financiación en el tejido empresarial africano, las PYME se enfrentan a un déficit de financiación estimado en 194.000 millones de dólares al año en el África subsahariana. Esta realidad afecta directamente el crecimiento y desarrollo de las empresas, principales proveedoras de empleo en la región.
Los obstáculos que enfrentan las PYMES en términos de acceso al crédito son múltiples y van desde financiamiento insuficiente hasta dificultades para obtener créditos de flujo de caja. Esta situación no sólo compromete el crecimiento empresarial, sino también el desarrollo económico general de la región.
El atractivo de los bancos por los bonos gubernamentales se explica por los altos rendimientos que ofrecen, cumpliendo así con los requisitos de rentabilidad de las instituciones financieras. Los tipos récord obtenidos por algunos países, como Ghana con un 19% y Kenia con más del 12%, refuerzan esta preferencia frente a los tipos más bajos ofrecidos por los préstamos a las PYME.
Se vuelve imperativo reequilibrar la distribución de la financiación para promover el desarrollo del sector privado y apoyar el crecimiento de las PYME en el África subsahariana. Una mejor asignación de los recursos financieros, combinada con políticas favorables a la inversión privada, podría ayudar a impulsar la economía y estimular el espíritu empresarial en la región.
En conclusión, la consolidación del sector bancario africano y el reequilibrio de las actividades bancarias en favor del sector privado son esenciales para garantizar el desarrollo económico sostenible en el África subsahariana. Se deben tomar medidas urgentes para abordar el déficit de financiación de las PYME y fomentar un entorno propicio para la inversión privada.