Gaza, símbolo de desolación y sufrimiento, sigue padeciendo los horrores del aparentemente interminable conflicto israelí-palestino. Naciones Unidas vuelve a hacer sonar la alarma y afirma que, con más de 45.000 palestinos afectados, un alto el fuego en Gaza es «urgentemente necesario».
Mohamed Khaled Khiari, Vicesecretario General de la ONU, subrayó el miércoles que el castigo colectivo infligido al pueblo palestino es injustificable. Condenó inequívocamente los continuos bombardeos de Gaza por parte de las fuerzas israelíes, calificando esos actos de horribles. Si bien hay señales de que Israel y Hamás podrían estar acercándose a un alto el fuego para poner fin a 14 meses de guerra, las hostilidades continúan.
Las conversaciones de mediación entre Estados Unidos, Qatar y Egipto se han reanudado en las últimas semanas, lo que indica una mayor voluntad entre las partes en conflicto para llegar a un acuerdo. Hamás dice que está dispuesto a mostrar más «flexibilidad» sobre la retirada de las tropas israelíes de Gaza, mientras que el ministro de Defensa de Israel dice que el alto el fuego está más cerca que nunca.
Sin embargo, a pesar de este optimismo naciente, Mohamed Khiari subraya que los combates siguen cobrándose víctimas inocentes. Al menos 69 palestinos, incluidos mujeres y niños, han muerto en cuatro ataques israelíes contra escuelas sólo esta semana. Aún quedan por ultimar detalles cruciales del acuerdo, pero hay un aire de optimismo, un rayo de esperanza que no brilla desde hace muchos meses.
Los ecos de esta trágica situación resuenan en todo el mundo, recordándonos una vez más que la paz en Oriente Medio sigue siendo un sueño frágil y lejano. Las esperanzas de un alto el fuego duradero en Gaza están impulsadas por el deseo de poner fin al sufrimiento y a la pérdida insensata de vidas que continúa en esta conflictiva región. Mientras tanto, el mundo contiene la respiración, esperando que finalmente se vislumbren días mejores para Gaza.